Jaime Barrientos González

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4 mar 2010

RESTAVEK: LOS NIÑOS ESCLAVOS DE HAITI




Publicado en Interviú 15 febrero 2010
Se estima que dos millones de niños se han visto afectados por el seísmo en un país en el que el 40 por cien de la población es menor de 15 años.
Antes del terremoto, Magalee, una niña de trece años, era una "restavek", una de los entre 300.000 y 450.000 que había en Haití, cuya cifra va a aumentar rápidamente tras el desastre. Los restaveks, (viene del francés “rester avec”, que significa “estar con [alguien]” en creole, proceden generalmente del último escalón de la escala social haitiana. Sus padres les envían a trabajar al servicio de una familia adoptiva en Puerto Príncipe haciéndoles creer que van a ser escolarizados y que disfrutarán de una vida mejor. Pero en lugar de cuadernos y libros, los “restaveks “sólo ven escobas, cubos y cepillos, palizas y esclavitud.
"Tenía que trabajar mañana, tarde y noche. Limpiaba, cocinaba, lavaba la ropa. Me levantaba a las cinco de mañana y trabajaba hasta las ocho de la tarde. En la familia todo el mundo me pegaba". "El trabajo era demasiado duro y la familia no era amable, entonces me refugié en la comisaría. Los policías fueron buenos y me enviaron aquí”. Aquí es el Centre d'Action pour le Développement (CAD) que acoge a los niños ex esclavos. La sede del CAD, que se encuentra en el centro de Puerto Príncipe fue destruida por el terremoto. Magalee perdió a cinco amigos en la catástrofe, restavek como ella. Por suerte, antes del seísmo, fue realojada en la nueva casa del CAD, situada en un campo cerca de Croix-des-Bouquets, a unos kilómetros de Puerto Príncipe.
Nigel, que significa “soy útil” en creole, es un “restavek” de diez años que no ha tenido tanta suerte. Según narra el informe de Visión Mundial Internacional, se levantaba a las seis de la mañana y salía a buscar agua. En la calle se encuentran decenas de niños como él. Algunos son pequeñitos, cinco años tal vez, y atendrán que cargar con pesados cubos para satisfacer las necesidades de sus familias adoptivas. A las nueve la madre cierra con candado la puerta de la minúscula casa de piso de tierra y se marcha sin decir una palabra. Nigel se queda fuera. Con suerte, una vecina le ofrecerá un puñado de semillas para que se tenga en pie hasta las cuatro de la tarde, cuando vuelva la patrona. Cuando lo haga tendrá que hacer lo que le manden: limpiar la casa, lavar los platos, ir al mercado, y así hasta que el resto de la familia se haya ido a dormir.
“Yo fui el que quise venir a trabajar aquí. Mi mamá se murió. No tengo ni hermanos ni hermanas... Ya casi ni me acuerdo cómo era vivir con mis papás. A veces voy al río, a bañarme, pero cuando hago eso mi patrón me da puñetazos o me pega con la rama de un árbol y no me deja salir más. Siempre le digo que me perdone, que no lo voy a hacer más pero él me insulta y me dice palabrotas o me echa de la casa. Tiene un hijo de ocho años que a veces me da patadas y cuando le digo que pare, su papá me pega. Duermo en la casa, en el suelo. El techo tiene muchas goteras y se mete mucha agua. Me gustaría ir a otro sitio pero no para trabajar. También me gustaría ir a la escuela”.
Luisa asegura tener diez años y ser restavek desde hace cuatro. “Mi mamá se murió y me vine para acá pero me gustaría estar con mi papá... Yo le mando recados y le digo que venga a sacarme de aquí. Casi siempre me despierto a las cinco y me acuesto a las siete. En la mañana trabajo y por las tardes voy a la escuela. Este trabajo no me gusta; es muy duro. Siempre tengo que hacer cosas para los niños de la casa: son dos, uno de tres años y otro de cinco. Les baño y llevo a la escuela, les hago la comida... Por las mañanas voy unas cinco veces a buscar agua, por lo menos... A veces llevo hasta tres galones en un solo viaje y me duelen la cabeza y los hombros. Yo se le digo a la familia, pero no me hacen caso.. Tampoco me dan nada de dinero; sólo un poco de arroz y caldo de verduras. Por las tardes sólo como si hay algo. Lo que menos me gusta es que me peguen; me dan puñetazos, me gritan, me echan de la casa... Yo no me quiero quedar aquí. Quiero ir a vivir con mi papá. Le dije cómo me trataban y él me dijo que me quería mucho, pero que no tenía dinero para mandarme a la escuela. Me gustaría tener vestidos bonitos... ¡y zapatos! La escuela también me gusta porque aprendo a leer y a escribir; pero los compañeros no hablan conmigo: me ponen apodos y me insultan por ser restavek”
La inmensa mayoría de los restaveks son niñas. Diana también tiene diez años. “Vivo con Madame Odler. No sé hace cuánto llegué aquí. Me levanto a la misma hora que ella, voy a buscar agua, barro el patio, limpio la casa y lavo los platos. También preparo la comida. Vivo en Cité Silence pero el agua hay que traerla de Bois Verna, que está como a diez ó veinte minutos de aquí. Antes iba a la escuela, pero ahora sólo salgo cuando me mandan a hacer recados. No tengo tiempo para jugar o para divertirme... La escuela me gustaba porque estaba aprendiendo a leer”.
Jean Robert Cadet es un ejemplo de restavek que logró salir adelante y que ha creado una fundación que lleva su nombre para redimir a estos pobres niños. A los cuatro años su madre, negra, falleció y su padre, blanco, se negó a reconocerle y le entregó a una antigua maestra. Pasó toda la infancia trabajando de criado. En sus memorias, “Restavek: De niño esclavo haitiano a norteamericano de clase media” recuerda que lo que distingue a los niños restaveks es el trato que se les da: “la degradación y falta de respeto por su dignidad, sus valores y derechos más básicos como seres humanos. La violencia que soportan sabotea su desarrollo. Son estigmatizados y marginados por la sociedad”. En los últimos años se ha visto un cambio en el perfil de quienes utilizan a estos niños: antes eran familias acomodadas pero ahora muchas de ellas viven en una pobreza extrema y buscan estrategias de supervivencia para sus propias familias. Es la necesidad crítica de conseguir mano de obra gratis que les lleva a “tomar” a un niño restavek. No es la única asociación haitiana que se preocupa por la suerte de estos pequeños: “Foyer Maurice Sixto”, “Mouvman Vin Plis Moun”, la “Fundación Limye Lavi” y el Centro Comunitario y de Aprendizaje “Matenwa” están llevando también a cabo excelentes proyectos .
Sin presente ni futuro
Según el informe “Salud en las Américas”, el 81 por cien de los niños “restavek” proceden de zonas rurales, el 73 por cien son niñas y sólo el 55 por cien asiste a la escuela. “Estos niños desarraigados se convierten rápidamente en pequeños esclavos, explica Alphonse Deo Nkunzimana, director del programa de lucha contra el tráfico de menores de la Pan American Development Foundation (PADF). ‘Trabajan por encima de sus posibilidades, no reciben remuneración alguna y, sobre todo las niñas, son víctimas de abusos sexuales y de todo tipo. “Hay padres que rehúsan aceptar a su hijo de vuelta -comenta Marlene Mondesir, directora del CAD- .Tuvimos una niña de 16 años. Localizamos a su madre verdadera que nos dijo que no la podía aceptar porque tenía otros seis hijos. No tenía cómo alimentarla. La cantidad de restaveks va a ir en aumento después del seísmo, porque un gran número de familias van a encontrarse en situaciones muy precarias. Las escuelas son escasas en el campo y algunas personas de la ciudad van de pueblo en pueblo explicando a los padres que van a llevar a sus hijos a Puerto Príncipe para escolarizarles pero, una vez en la ciudad, son golpeados, violados y azotados”. Tras el terremoto los mismos padres les están regalando : "Llévesela, no la puedo cuidar, se la cambio por comida”.
Según El director de la Oficina de Observación y Lucha contra el Tráfico de Personas del Departamento de Estado de EE.UU., Luis C. de Baca, en 2009 había más de 300.000 "restavek" en un país de apenas nueve millones de habitantes. De ellos, 200.000 no llegan a los catorce años. La mayoría proviene de áreas rurales y las tres cuartas partes son niñas de entre diez y 17 años y algunos podrían tener tan solo cinco. A ellos hay que sumar otros 3.000 que se calcula fueron llevados a la República Dominicana. Muchos terminaron en las plantaciones de caña de azúcar o en las redes de prostitución.
Aunque Haití ratificó la Convención de la Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño en 1994, todavía no ha ratificado las Convenciones 138 (sobre la edad mínima para trabajar) y 182 (sobre las peores formas de trabajo infantil) de la Organización Internacional del Trabajo. Y aunque el artículo 341 del Código de Trabajo haitiano señala que ningún niño menor de doce años debe ser entregado a otra familia para trabajar como sirviente doméstico, el artículo 345 afirma que “los que estén contratados en esa condición tienen derecho a vivienda decente, ropa, una dieta sana y educación”. El Institut du Bien-Être Social et de Recherches es oficialmente el responsable de proteger a los menores de edad más vulnerables y de hacer cumplir los artículos del Código de Trabajo pero carecen de recursos y decapacidad para llevar acabo su mandato.
Las terribles condiciones de los pequeños ‘restavek’ se suma a la de los huérfanos y niños de la calle entre 5 a 17 años que, tan sólo en Puerto Príncipe, en 2006, llegaron a ser casi 8.000: A menudo son maltratados por la policía que les considera delincuentes. Las redes de tráfico de menores operan impunemente en un Haití en el que la esperanza de vida no supera los 52 años y la mitad de la población es menor de 18 años. El índice de escolarización es del 54 por cien y más del 50 por cien de los haitianos son analfabetos. Las calles están pobladas de niños sin futuro. Los menos dóciles escapan de sus amos y se integran en pandillas. Algunos son huérfanos, otros han escapado de hogares violentos o de sus lugares de trabajo. Sobreviven pidiendo limosna y un gran número son víctimas de la explotación sexual. Otros no sobreviven: según el informe de Unicef, todas las semanas muere uno asesinado. Excluidos e invisibles, se calcula que más de la mitad carecen de un certificado de nacimiento. En comparación con otros países de la región, en Haití hay la mayor tasa de huérfanos : un 16 por cien de la población de menores de 18 años. Algunos van a parar a las bandas de ‘chimères’ en los arrabales de Puerto Príncipe, donde es frecuente ver armados a chicos de apenas 10 años. A algunos les obligan a hacerse miembros; otros consideran la vida en las bandas como un camino para obtener alimentos, refugio, protección y prestigio. Según el informe de Unicef “Infancia en Peligro”, en las principales ciudades de Haití, las bandas armadas les reclutan para que sean mensajeros, cometer crímenes o luchar contra otras rivales. La negativa a obedecer las órdenes conlleva el riesgo de sufrir un castigo cuando no la muerte. Para las niñas, representan la amenaza de la prostitución forzada o la violación. Muy a menudo, los hombres de las otras bandas las violan como forma de venganza”.
La anemia se ceba en ellos: en el año 2000 era padecida por el 65.3 por cien de los niños en edad preescolar: igual o menor a los cinco años. Los mayores de cinco y menores de nueve años encuentran en la tuberculosis, las enfermedades diarreicas, la desnutrición, el SIDA y la malaria las cinco principales causas de muerte. En 2003, un tercio de los niños entre 6 y 12 años tenían parásitos. Los de diez a 19 años también morían debido al SIDA, las agresiones físicas, los accidentes, la tuberculosis, la fiebre tifoidea y a causas relacionadas con la maternidad. En este sentido, en 2005, “se registraron poco más de mil partos entre niñas de 10 a 14 años de edad y 6. 090 partos entre adolescentes de 15 a 19 años”. Se calcula que 7.000 haitianas darán a luz este mes de febrero: sus hijos nacerán en las calles o con mucha suerte, en los hospitales de campaña.
En un país empobrecido, inculto y sin acceso a la sanidad, el vudú y las prácticas mágicas tienen un destacado papel y la población empieza a hablar de los “loup-garou” (“Hombres lobo”) merodean por los cientos de campamentos de damnificados de Puerto Príncipe con el único fin de devorar niños o utlizarles en prácticas que terminan en terribles muertes.
Mifchel Esquilabre, médico haitiano que ha estado trabajando con la asociación española “Mensajeros de la Paz” reconoce que se sacan cad´ñaveres de los cementerios para comérselos en ceremonias de vudú. Como médico no puedo más que horrorizarme pero como haitiano que soy se que la población cree más en prácticas de brujería que en la medicina”.
Huida hacia adelante
Empujados por el hambre, la soledad y la desesperación, centenares de niños haitianos que quedaron solos tras el terremoto se trasladan desde Puerto Príncipe en cualquier medio de transporte que se dirija a la frontera. Según Lissette Rojas, del periódico “Clave Digital”, “el tráfico de niños haitianos hacia República Dominicana no cesa. El trasiego ilegal de menores se ha multiplicado en la frontera Norte. Desde Juana Méndez hacia Dajabón, decenas de pequeños cruzan a nado el río y, una vez en el lado dominicano, les recogen adultos en “motoconchos” (motocicletas que actúan como taxi y que son muy populares en república Dominicana)”. “Los guardias, como todos en el pueblo, tienen conocimiento de esta actividad ilegal pero lo malo es que los mismos guardias se combinan con los motoconchos”, explica el padre Regino Martínez, director de Solidaridad Fronteriza. José Luis Fernández, periodista de la misma asociación asegura que “en Dajabón vemos a diario el tránsito de niños llevados por hombres y mujeres haitianos. en motocicletas Los que no se ven son los que se desplazan en autobuses de línea y vehículos privados todoterreno. Los traficantes de niños prefieren los días de mercado, que es cuando se produce una especie de confusión debido a la gran cantidad de personas que acuden a hacer compras y ventas.
Les convierten en esclavos domésticos y agrícolas o los obligan a mendigar. En Santiago apareció hace pocos días una niña haitiana de ocho años violada. Por lo general, los menores víctimas de tráfico terminan como mendigos en las avenidas de las ciudades o como agricultores que solo reciben como paga la comida del día.
El Ministerio dominicano de Trabajo estima que entre 25.000 y 30.000 niños haitianos trabajan en el sector agrícola y la portavoz de UNICEF, Tamar Hanh, denunció que cada año dos mil niños y niñas son llevados desde Haití al país vecino. "Nadie sabe cuántos perdieron a sus padres en la catástrofe -dice Christian Jung, de la organización de ayuda infantil alemana "Kindernothilfe"- pero hay riesgo de secuestro. No hay nada más fácil que hacerse pasar por un cooperante internacional para tener acceso a los menores". Si caen en manos de los delincuentes que comercian con seres humanos podrían ser víctimas del trabajo infantil, la prostitución o incluso del tráfico de órganos. Pocos días después de esta declaración, quince bebés desaparecieron de varios hospitales de Puerto Príncipe y una misión de estadounidenses fue detenida cuando intentaban cruzar en autobús la frontera de Malpaso con 33 pequeños indocumentados, supuestos huérfanos, a quienes sus padres buscaban. Con edades que oscilan entre los pocos meses y los catorce años, actualmente se encuentran en un albergue de la organización Aldeas Infantiles SOS y y los implicados están ahora en una cárcel en Puerto Príncipe. "No puede ser que una organización de ayuda o cualquier otro recoja a los niños en la calle y sostenga que son huérfanos", señalaba hace unos días el primer ministro haitiano Jean-Max Bellerive.
Miembros del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) en la provincia de Dajabón (Rep. Dominicana) cuentan que, casi a diario, ven “extranjeros que llegan a la frontera procedentes de Haití acompañados de niños y de adultos intentando cruzarlos al país, sin ninguna documentación, pero cuando ven la realidad, algunos se enfadan y otros, simplemente, desaparecen".
Para Unicef, "tiene más sentido conseguir acogida para los niños aquí y apoyar después a las familias. Si no, sufren un doble trauma: primero el del terremoto y, luego, el de ser arrancados del medio que les es conocido”.
Un “mensaje de Paz” español
La ONG “Mensajeros de la Paz”, con su presidente a la cabeza, el padre Ángel, es una vieja conocida en cuanto desastre, natural o provocado, sucede en el planeta como bien saben países como Benín, Congo, El Salvador, Irán tras el terremoto del 2004 o el destrozado Irak.
Miguel Florido, médico de familia en las Palmas de Gran Canaria, fue uno de los que primero acudió a la llamada de esta organización: “La mayoría de las lesiones de los niños son fruto de contusiones y heridas provocadas por el terremoto. Muchos de ellos presentaban además las consecuencias de una malnutrición previa y un estado de salud precario por ausencia de control pediátrico. Carecen de vacunas ni revisiones periódicas. Vi tuberculosis, gastroenteritis por consumo de agua en mal estado pero, sin duda, lo más aterrador era atender fracturas importantes y sobreinfecciones de sus heridas, que en muchos casos acababan en amputaciones de miembros”.
“Apenas vimos casos de estrés postraumático. Los niños son muy duros y están acostumbrados a situaciones lamentables desde el punto de vista socio sanitario. Aceptan la muerte con más facilidad que nuestra sociedad. Los que habían perdido a sus padres se mostraban más apáticos, retraídos, en ocasiones tristes, pero no con la intensidad que esperaría en un niño en similares circunstancias en nuestro país. Pero aquellos que recibían tratamiento y comían mejoraban su estado de ánimo en pocos días”.
Son muchos los cooperantes y la ayuda que está llegando pero los niños de Haití necesitan un sistema sanitario sostenible que pueda prevenir enfermedades atroces como la tuberculosis, la tos ferina, difteria, tifus, malaria… Evitar la malnutrición también requiere de una ayuda mantenida. Muchos de los niños que traté no podrán seguir recibiendo cuidados médicos. El seguimiento de sus curas es incierto y el acceso a medicamentos necesarios no se puede garantizar sin una cooperación bien coordinada.
Michel Esquilabre, médico haitiano residente en España, tampoco se lo pensó dos veces. “He nacido en el país y estoy acostumbrado a ver la miseria pero me ha sorprendido la total destrucción de la capital. Cuando llegamos no había medicamentos y los pocos que había se vendían en el mercado negro a precios que la población no puede comprar: dependen de los que hemos traído los cooperantes. He atendido sobre todo traumatismos fruto del seísmo pero me horrorizó el estado en el que se encontraba un niño de apenas un año: su desnutrición extrema no era fruto de del terremoto sino de un hambre de siglos.”
¿Que si he visto madres regalando a sus hijos o prostituyéndose para darles de comer?: eso es el pan de cada día en un país sin control de natalidad, sin gobierno ni nada que llevarse a la boca... Haití es un lugar sin Ley en el que todo vale para sobrevivir.

Pol Pot, el genocida que “jugó con fuego”



El Infierno en la tierra se llamó Camboya


Sumarios:
Niños de ocho años , sometidos a la voluntad absoluta del “Hermano Número Uno”, fueron entrenados para masacrar sin piedad
“Para escapar de las monstruosas torturas, uno de los incontables presos, decidió suicidarse mordiéndose la lengua: se desangró lentamente”
¿Qué puede esperarse de un ser que convirtió en siniestros lemas las siguientes frases?: “Quien protesta es un enemigo; el que se opone, un cadáver”. “Perderte no es una pérdida. Conservarte no es de ninguna utilidad” Firmado: Pol Pot, “Hermano Número Uno”. En 1996, una Comisión de Investigación sobre el Genocidio Camboyano confirmó que la cifra de tres millones 300 mil muertos probablemente fuera mayor. Un auténtico espanto si se tiene en cuenta que la población total del país, antes de la llegada de los jemeres rojos, no superaba los siete millones y medio. Casi el 23 por cien de los camboyanos fue asesinado.
Entre 1975 y 1979, el gobierno del partido “Angkar” convirtió el país en un gigantesco campo de exterminio. Un año antes de la toma de Phnom Penh, liquidó sin contemplaciones a aquellos compatriotas comunistas que habían vivido temporalmente en Vietnam, considerados "de cuerpos jemer y mentes vietnamitas". Tampoco se salvaron los extranjeros, que empezaron a ser tratados como espías. Una de las primeras directrices de Pol Pot acerca de los rebeldes de la etnia Cham fue que "los jefes deben ser torturados cruelmente para obtener una imagen completa de su organización". Una mujer dijo que había tenido que mirar cómo aplastaban las cabezas de sus familiares uno por uno; si hubiese llorado, le advirtieron, la habrían matado también.
Cuando los habitantes de Phnom Penh se lanzaron a las calles para celebrar el fin de la guerra, no sabían lo que les esperaba. Inmediatamente después de la “liberación”, se ordenó la evacuación ya que la ciudad iba a ser bombardeada por los norteamericanos y, por su propia seguridad, iban a ser trasladados al campo. “Será sólo unos días”, aseguraban. En aquel éxodo a la fuerza, dos millones de personas tuvieron que hacer el camino a pie o en carros. Muy pronto empezaron a aparecer en las cunetas los cadáveres de quienes no resistían la marcha. El horror no había hecho más que comenzar... Saloth Sar, verdadero nombre de Pol Pot, y sus acólitos idearon un plan demencial: "Basta un millón de buenos revolucionarios para el país que nosotros construimos". Los demás sobraban... Los que regresaron del extranjero con ánimo de participar en una revolución cuyas aberraciones desconocían, fueron detenidos nada más arribar al aeropuerto de Phnom Penh.
Había que eliminar todos los vestigios del pasado. Los vehículos a motor se destruyeron y el carro pasó a convertirse en el único medio de transporte. Se quemaron bibliotecas y fábricas y se prohibió el uso de medicamentos: Kampuchea estaba en condiciones de reinventar todas las medicinas necesarias para sus ciudadanos empleando la sabiduría popular. Los médicos tampoco escaparon a la purga al considerar que si una persona estaba tan enferma para necesitar uno, era una lacra para el país y merecía morir. Sólo los campesinos eran ciudadanos ejemplares al no haber sido contaminados por el capitalismo. La colectivización integral se llevó a cabo en sólo dos meses. La propiedad privada y el dinero desaparecieron: nadie era dueño de nada. Incluso la ropa (el pijama negro y el pañuelo rojo de los jemeres) pertenecían al Partido. Cualquier fallo, incluso involuntario como la simple rotura de un vaso, no podía ser un error sino una traición contrarrevolucionaria que conducía a un castigo seguro o directamente a la muerte. Pol Pot, que había sido profesor, prohibió la enseñanza y la libertad de desplazamiento. La comida se suministraba en los refectorios y poseer una olla era un delito. Muchos no soportaron la escasez de alimentos y las extenuantes jornadas de doce a catorce horas de trabajo en los arrozales y morían por hambre y agotamiento. Las raciones eran tan miserables que hubo casos de canibalismo. Mostrar dolor por la muerte de un familiar también era un síntoma de debilidad. Al intentar ayudar a una vecina, una mujer fue castigada porque “no es su deber ayudarla. Al contrario, demuestra que todavía tiene usted piedad y sentimientos de amistad. Hay que renunciar a esos sentimientos y extirpar de su mente las inclinaciones individualistas." Hasta las manifestaciones públicas de afecto estaban prohibidas. Quien apelara a su autoridad paterna sabía que toda la familia sería asesinada. Los menores no contaminadas por el capitalismo fueron sometidos a un lavado de cerebro. Críos de diez años denunciaban a sus propios padres por los motivos más nimios. Se creó una raza de criaturas alienadas y violentas, capaces de rebanar el cuello a quien robara fruta o un puñado de arroz crudo: quien fuese capaz de traicionar al Partido debía morir. Niños y niñas de ocho años, fanatizados y sometidos a la autoridad absoluta del “Número Uno”, fueron entrenados para masacrar sin piedad.
Las relaciones sexuales sólo podían mantenerse con fines reproductivos y se obligó a los jóvenes a casarse para traer al mundo a los nuevos ciudadanos de la Kampuchea Democrática. Se estableció también que cada persona debía producir dos litros de orina diarios que, cada mañana, serían entregados al jefe local para fabricar abono. En las aldeas se organizó una nueva forma de vida con familias separadas, comedores colectivos y sesiones de reeducación. En cuatro cucharadas de sopa de arroz consistía su dieta diaria. Debían levantarse a las cuatro de la mañana y trabajar hasta las diez de la noche. Los casos de paludismo y disentería se dispararon pero los jemeres les decían que su mal era del espíritu y les negaban entonces cualquier alimento.
Las matanzas comenzaron poco más tarde: en el otoño de 1975, seis meses después de la toma de la capital. Entre 1976 y 1978, en la prisión de Tuol Sleng, en Pnom Penh (hoy transformada en “Museo del Genocidio”), fueron asesinados tras duros interrogatorios y torturas entre 14.000 y 20.000 “contrarrevolucionarios”. Sólo siete detenidos sobrevivieron a este lugar denominado S-21. Nadie sabía qué sucedía en el interior de los centros de internamiento pero los campesinos que vivían cerca se referían a ellos llamándolos “konlaeng choul ot cheng” (“El lugar en donde se entra pero no se sale”). Los “sospechosos” lo eran por razones tan insignificantes como tener creencias religiosas, un título universitario o simplemente saber leer y escribir; usar gafas, saber un idioma extranjero o haber trabajado en alguna oficina antes del 17 de abril de 1975.
El ansia de exterminio de Pol Pot llegó a extremos inconcebibles. Al saber que algunos camboyanos habían conseguido huir a Thailandia, mandó sembrar las fronteras con diez millones de minas. Para ahorrar munición, sólo un 29 por cien de los detenidos fue fusilado. El seis por cien acabó ahorcado o asfixiado mientras que el 53 por cien moría degollado o con el cráneo aplastado. Los demás corrieron peor suerte: se les dejaba morir por hambre y sed, eran enterrados hasta el pecho en fosas llenas de brasas y era costumbre quemarles la cabeza con petróleo ardiendo. Como si fueran animales dañinos, eran golpeados salvajemente. Cualquier instrumento servía: palos, azadones y aún insectos venenosos... Con alicates les arrancaban la carne a jirones. Otros eran ahogados en excrementos antes de haber sido enloquecidos con descargas eléctricas.
Los niños, encarcelados por el simple hecho de robar comida, no se libraron tampoco de la crueldad. Los guardianes les golpeaban y pateaban hasta la muerte. Les convertían en juguetes vivientes, colgándoles de los pies. La diversión consistía en tratar de acertarles con sus botas en los testículos y otras partes sensibles de sus famélicos cuerpos mientras se balanceaban cabeza abajo. También jugaban a hundirles en las ciénagas: cuando empezaban las convulsiones, les dejaban respirar y volvían a sumergirles una y otra vez, hasta que fallecían. Siniestro y terrible fue el "Árbol de los Niños", contra el que los recién nacidos eran golpeados para ser después arrojados a una fosa. Otro árbol célebre era el del "Silencio": para ahogar los gritos y llantos de las víctimas, los carceleros ponían música a todo volumen.
Las fotografías tomadas antes de las ejecuciones hablan por sí solas: miles de caras demacradas, rostros asustados de hombres y mujeres, ancianos y niños, todos con el horror reflejado en los ojos. Algunos, sonriendo con muecas patéticas ante la cámara. En las prisiones se numeraba a las víctimas antes de su ejecución. Si el torso estaba desnudo, el papel con el número se sujetaba a la piel con un imperdible. Pero quizá ya ni les importara: nada más llegar, a todos los internos se les arrancaban las uñas de las manos durante interminables interrogatorios. Para acabar con aquellas sesiones de indecible dolor, muchos admitían las más insospechadas majaderías o reconocían sus relaciones con el KGB, la CIA, los servicios secretos vietnamitas o la elite política anterior. Sólo siete personas salieron con vida del campo de exterminio de Toul Sleng. En una pared aún se puede ver el siniestro decálogo de obligado cumplimiento para los presos: “1: Debes responder a todas las preguntas. Contesta directamente y sin rodeos. 2: No ocultes los hechos con excusas sobre esto o aquello. 3: No seas idiota: tú eres alguien que intentó enfrentarse a la revolución. 4: Responde inmediatamente a mis preguntas sin perder tiempo en reflexionar. 5: No me cuentes nada a cerca de la esecencia de la revolución. 6: Mientras recibas latigazos o descargas eléctricas no debes gritar. 7: No hagas nada. Siéntate y espera mis órdenes. Si no hay ninguna, estate callado. Cuando yo exija que hagas algo, debes hacerlo inmediatamente y sin cuestionarlo. 8: No busques excusas respecto a Kampuchea Krom a fin de ocultar tu cara de traidor (delta del Mekon ocupado por Vietnam, reivindicado por los prisioneros con la esperanza de sintonizar con la fibra patriótica de sus torturadores). 9: Si no sigues las anteriores reglas te daré muchísimos latigazos o descargas eléctricas”. La última era prácticamente igual a la anterior: “Si desobedeces cualquiera de ellas te daré diez latigazos o cinco descargas.”


Chim Math, de 49 años, la única mujer que pudo salir con vida del S-21, relató su paso por aquella antigua escuela pública de Phnom Penh. Sus recuerdos son espeluznantes: "A través de agujeros en la pared de mi celda veía las torturas y cómo se deshacían de los cuerpos como si fueran basura. Jamás olvidaré el olor de los excrementos de los cerdos mezclado con la sangre humana". Y es que Pol Pot decidió que los “contrarrevolucionarios” deberían ser útiles a Camboya tras la muerte y sus cadáveres fueron empleados para abonar los arrozales. El escultor In Cham salvó la vida gracias a pasar dos años tallando y esculpiendo figuras con la efigie oficial de Pol Pot. "Después de ser golpeado en la cabeza con un bastón durante tres días y tres noches, recibir descargas eléctricas y ser repetidamente sometido a asfixia por inmersión en un tanque de agua, decidí confesar que había trabajado para la CIA." Para escapar de tanto horror cuenta como otro preso se suicidó una noche. Al no tener con qué hacerlo, se mordió la lengua y se desangró lentamente.


Bou Memg, pintor especializado en carteles cinematográficos se salvó también al convertirse en el retratista oficial del “Hermano Número Uno”. Gracias a eso “tampoco volvieron a torturarme aunque me habían dejado la espalda en carne viva con una caña de bambú cuando me apresaron en Battambang”. "Nos levantábamos a las cuatro de la mañana -continúa- y hacíamos media hora de gimnasia, con los grilletes de hierro en los tobillos. Aunque estábamos casi desnudos, nos registraban todos los días. Dos horas más tarde, obligaban a los presos a tumbarse otra vez en el suelo. Así, durmiendo o fingiendo hacerlo, pasaban toda la jornada. Estaba prohibido sentarse, incorporarse sin permiso o simplemente moverse. Tampoco se podía hablar. Comíamos siempre lo mismo: un plato de potaje y, para cenar, una tacita de sopa de plátano. Dos veces al día nos daban un vaso de agua. Nos trataban como animales. Cada vez que había un cambio de guardia nos recontaban, golpeándonos con un grueso bastón en la cabeza. No recibíamos información alguna. Ni siquiera sabíamos el día o la hora que era."
Kong, un carpintero de 58 años escapó de la muerte enmarcando los retratos de Pol Pot. No olvidará nunca el espantoso olor de los cadáveres. "En entre los que estaban el de su mujer y tres hijos. Ieng Pech, un técnico de obras públicas se volvió imprescindible porque nadie excepto él era capaz de reparar y mantener en funcionamiento el grupo electrógeno que abastecía de energía al centro. "De aquella máquina dependía mi vida. La cuidé como un tesoro durante meses. Me advirtieron que si se paraba me matarían”."Tras obligarme a escribir una detallada autobiografía, fui torturado durante dos semanas. Me golpearon salvajemente y me arrancaron todas las uñas, hasta que afirmé ser agente de la CIA. Después me recluyeron junto con otros cuarenta prisioneros en la celda número 4 del pabellón D. Desnudos unos y en calzoncillos otros pero todos sujetos con grilletes metálicos."
Nadie ha conseguido hacer un retrato completo de Pol Pot, prefería permanecer en el anonimato, ni entender cómo pudo dirigir el genocidio de su propio pueblo. Su energía parecía provenir de una capacidad de odio sin límites. Quizá el problema residiera en su mediocridad. Como señalan quienes tuvieron algún contacto con él, la amabilidad de Pol Pot era legendaria. Según el periodista Nayan Chanda: “No me pareció violento ni dramático. Al contrario, su manera de hablar era suave y gentil”. El corrupto y depuesto rey Sihanouk aseguró: “Es como el ruiseñor, que seduce a sus víctimas con sus maneras y fina voz. Para el subdirector de la Agencia de Noticias de Vietnam “Pol Pot era encantador. No sólo fue un excelente anfitrión sino que expresó su gratitud a los amigos y hermanos de Vietnam. ¿Cómo alguien tan amable, encantador, sonriente y educado se convirtió en en un ser duro, deprimente e incluso brutal?”. Su guardaespaldas, Ieng Sary, le conocía bien: "Su cara era siempre afable... Y mucha gente la entendía mal: podía sonreír a alguien y, acto seguido, mandarle ejecutar”.
¿Quién fue Pol Pot? En 1996 le preguntaron a un desertor jemer y respondió: "No se. Quizás no es una persona. Pero si lo es, lleva siempre uniforme negro, una cinta roja en la cabeza y zapatos de goma". Saloth Sar, autodenominado Pol Pot (“Jugar con Fuego”), nació en Prek Sbauv, en la provincia de Kompung Thom el 19 de mayo de 1925. Más tarde falseó su biografía y se hizo descender de un humilde campesino cuando en realidad era el menor de los siete hijos de un próspero hacendado. Su hermano Loth Suong, oficial de la Guardia Real, dijo que de niño era muy amable. A los seis años su familia se trasladó a la capital en donde tenían conexiones con la dinastía Norodom: Sisowath Monivong, una prima de Saloth Sar había crecido en el Palacio Real trabajando de bailarina y llegó a ser esposa consorte del rey. Su hermana mayor, Saroeung, fue también concubina del monarca cuando sólo contaba quince años. Esta y otras circunstancias pondrían a Saloth “Pol Pot” Sar en contacto con la élite de la capital. Aprendió francés y estudió en un prestigioso colegio católico de Camboya, aunque nunca llegó a graduarse.
Monje durante algún tiempo en un monasterio budista, durante la Segunda Guerra Mundial (1939-45) se unió a las fuerzas de Ho Chi Minh que luchaban contra la dominación colonial francesa en Indochina y contra la ocupación japonesa. Al acabar la guerra, ingresó en el Partido Comunista de Camboya (1946) y realizó una estancia en París (1949-53), durante la cual se dedicó a la agitación política pero no sacó adelante sus estudios de electrónica.


Maestro en Phnom Penh de 1954 a 1963, se consagró luego por entero a la reorganización del partido y a la lucha clandestina, primero contra el régimen del príncipe Norodom Sihanuk y luego contra la dictadura militar de Lon Nol. En 1960, participó en la fundación del Partido Popular Revolucionario Jemer del cual fue nombrado secretario general dos años más tarde. En 1962 fue asesinado Tou Samouth, el principal líder del comunismo camboyano y cuya muerte, aún hoy, permanece sumida en el misterio. En 1963 organizó el grupo guerrillero inspirado en la doctrina de Mao Zedong, derrocó a los militares y tomó el poder en 1976.
Tras la guerra civil que siguió al golpe de Estado del general Lon Nol en 1970, se alió con el príncipe Norodom Sihanuk a quien luego traicionó. Después de que los jemeres rojos expulsaran del poder al militar en 1975, Pol Pot ocupó la jefatura del gobierno. Depuesto en enero de 1979 por los vietnamitas que invadieron el país, dimitió como comandante en jefe en 1985 aunque permaneció escondido en la selva hasta que, el 17 de junio de 1997, los jemeres anunciaron mediante un mensaje radiofónico que habían detenido a su líder histórico. Un canoso y demacrado Pol Pot escuchó en silencio la condena a cadena perpetua mientras centenares de personas gritaban ”¡Aplasten, aplasten a Pol Pot y a su banda!” y aplaudían. “Se podía ver la angustia en su rostro mientras era denunciado por quienes antes le fueron leales. Estaba a punto de llorar” recuerda el periodista Robert Birsel. Sin embargo, nunca se arrepintió de sus crímenes
Pol Pot falleció en una choza, aparentemente de un fallo cardíaco mientras dormía aunque el lugar estaba impregnado de un fuerte olor a formaldehído. Nual Nou, su mujer y alto cargo de los Jemer durante su insensato gobierno, afirmó que se fue a dormir cerca de las nueve de la noche con dolor de cabeza y de estómago y que, cuando volvió, ya estaba ya muerto. El tiempo, el calor y la humedad de la jungla habían empezado a descomponer el cadáver cuando, siguiendo la tradición camboyana, fue incinerado. Como combustible se usaron muebles viejos, neumáticos usados y una colchoneta. Entre una espesa humareda negra, sus restos desaparecieron en medio de un olor nauseabundo. ¿Cómo se permitió que un monstruo así manejara con mano de hierro a todo un pueblo? El historiador William Shawcross en su obra “Sideshow: Kissinger, Nixon and the Destruction of Cambodia'”, la radicalización y crueldad de los jemer rojos tuvo mucho que ver con la carnicería y el terror causado por la campaña secreta de bombardeos norteamericanos. Poco después de la Segunda Guerra Mundial "los camboyanos acogieron el marxismo no por sus análisis teóricos, sino para aprender cómo deshacerse de los franceses y transformar la sociedad feudal que el colonialismo había dejado en gran parte intacta".

LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA AMAZONÍA

LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA
AMAZONÍA


SEXTROLOGIA

ARIES:
¿Tu máxima en la cama?: “La Suerte ayuda a los audaces”. Sobre todo si tienes que vértelas entre las sábanas con signos como Escorpio o Sagitario.
TAURO
El refrán que mejor te cuadra es el que dice: “Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. Te encantaría poder pegar un braguetazo
GEMINIS
“Tanto va a el cántaro a la fuente que al final se rompe”: las infidelidades te pueden hacer gracia a ti pero no a signos como Capricornio o Piscis.
CÁNCER
En tus relaciones sentimentales sueles seguir la máxima de “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”, especialmente con Aries y Leo.
LEO
“Quien mucho abarca poco aprieta” es un refrán que te sienta como un guante: prefieres la cantidad (para presumir después), que la calidad.
VIRGO
“Un grano no hace granero pero ayuda... a la compañera”. ¿Es lícito montárselo de ONG para ligarte a signos sensibles como Cáncer o el tuyo mismo?
LIBRA
“Obras son amores y no buenas razones”. Lo malo de los graciosos es que terminan por cansar si no rematan bien la faena. ¿No te lo ha dicho Sagitario?
ESCORPIO
“Dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición”. Posees la capacidad de vampirizar a tu pareja Leo para moldearla a tu gusto.
SAGITARIO
“Entrar por lana y salir trasquilado” es algo que te suele suceder con Aries: es aún más egoísta que tú y casi tan metepatas pero también te pasa con Acuario.
CAPRICORNIO
“Más vale una vez colorado que ciento amarillo” se adapta a ti como anillo al dedo pero también eres “como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer”...
ACUARIO
Tu egoísmo casa bien con este refrán: “Más vale pájaro en mano que ciento volando” pero si te dedicas a tirar por tierra los ideales de Leo o Virgo, te quedarás solo.
PISCIS
No te líes y no pienses que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Y si además se lo dices a tu nueva pareja, sea del signo que fuere, te guardará… en “su” recuerdo.

SEXTROLOGIA

ARIES:
Si no tienes paciencia no te comerás nada con Capricornio y, si además vas de gracioso profesional avergonzarás a Virgo y a Tauro.
TAURO
Eres capaz de aguantar de todo menos que signos como Géminis o Virgo te calienten y luego te dejen a medias. La tormenta será memorable.
GEMINIS
Hacer varias cosas a la vez es signo de versatilidad pero en la cama estáte a lo que estás o Cáncer y Piscis saldrán corriendo para nunca más volver.
CÁNCER
Al principio puede que tengas cierto éxito pero ir siempre de víctima será cansino para ti y para tus posibles presas. Escorpio pasará de ti seguro.
LEO
Déjate de teatralidades y autobombos: si tienes algo que demostrar sexualmente hazlo en la cama. Acuario no soportará tus caprichos y rabietas infantiles.
VIRGO
Ir de virgen y mártir a estas alturas de la vida resulta algo ridículo. Y si, además, te quedas dormido después del polvo, seguro que será el último que eches con Aries.
LIBRA
Déjate de gracietas, florituras y posturitas y aprende a rematar bien las faenas o los tres signos de Fuego (Aries, Leo y Sagitario) pasarán de ti seguro. Y Escorpio también.
ESCORPIO
Tu gusto por llevar siempre la contraria en la cama, te digan lo que te digan, sólo funcionará si eres inmensamente rico o encuentras una masoca Virgo o Piscis.
SAGITARIO
Serías un amante perfecto si no fuera por tu falta de tacto y tus constantes meteduras de pata. De infidelidades ya, ni hablamos. Leo, desde luego, no lo soportará.
CAPRICORNIO
Vas de triste y enigmático pero eso sólo funciona si eres de la tribu gótica. En la cama te lo montas bien pero fuera ella eres muy pesado como bien sabe Géminis.
ACUARIO
Eres un fiera en la cama, sobre todo con Tauro pero si vas de listillo y te metes en su vida privada o en la de signos como Géminis el buen rollito durará poco.
PISCIS
Si te gusta ir de víctima, allá tú pero si no, cambia el chip o signos como Cáncer o Leo te chuparán la sangre y además te harán responsable a ti.

SEXTROLOGIA


ARIES:

La sexualidad de esta mujer no tiene porqué estar basada en compromisos. Disfruta del desafío de la conquista y en el fondo desea capturar a su presa.
TAURO
Las experiencias sexuales de una mujer Toro están muy vinculada a sus sentimientos. Prefiere hombres pacientes, que se tomen su tiempo.
GEMINIS
Si te la vas a ligar, debes saber que su sexualidad se basa en la conexión intelectual antes que en el contacto físico. Hará buena pareja con Aries.
CÁNCER
Esta mujer desea conectarse a su pareja con su cuerpo. Es intuitiva y reconoce al hombre que mejor la atenderá. Muy bien con Virgo.
LEO
La leona necesita sentirse adorada y buscará un amante que la trate como una reina. Espera ser el centro del universo y exige lealtad. Piscis la hará feliz.
VIRGO
No suele ser promiscua. Su hombre ideal es un caballero andante: Leo puede ser una buena opción. Su verdadera sexualidad espera ser descubierta.
LIBRA
La mujer de este signo necesita sentirse bella, quiere deslumbrar y encantar a los demás. Tiene mas necesidad de placer mental que físico. Muy bien con Acuario.
ESCORPIO
La mujer de este signo es pura pasión y se muestra celosa y posesiva con el ser amado. Es el paradigma de la “mujer fatal”. Con Sagitario le irá bien.
SAGITARIO
Si quieres enrollarte con ella, no limites su independencia. Le gusta el juego amoroso, es atrevida audaz y liberada. Se lo pasará de cine con Aries.
CAPRICORNIO
Esta mujer busca hombres seguros y exitosos. Si confía en su compañero empieza a relajarse, pero será ella quien imponga sus condiciones. Muy bien con Tauro.
ACUARIO
Quien quiera ligársela le va a costar: tiene miedo a la intimidad sentimental y establece fronteras bien definidas a sus emociones. Capricornio podría ser su pareja ideal.
PISCIS
La mujer de este signo siempre identifica el sexo con el amor pero no busca el sexo por sí mismo ni como instrumento de poder. Le irá bien junto a Virgo.

3 mar 2010

“Zorros” cuidando “pollitos”

Tras el escándalo por el suicidio de Hamid al-Amrani, un niño de trece años, en diciembre de 2008 en Picón del Jarama (dependiente de la fundación O´Belén) y de que unos días después lo intentara otro chico de 17 años, el Defensor del Pueblo decidió intervenir. El PSOE de Madrid ha exigido que se rescinda el contrato de este centro e IU de Murcia ha solicitado que se le retire la cesión de un terreno por cuarenta años. Pero es que O’Belén ya sufrió en 2007 el cierre de uno de sus centros (“La Jarosa / Tetuán”, en Madrid) al ser denunciado por un ex-trabajador que constató irregularidades y vejaciones a los chavales.
¿Quiénes son? El 22 de junio de 1999 se convirtieron en Fundación. Los fundadores no eran eminentes psicólogos, pedagogos y educadores sino un curioso elenco de políticos profesionales e importantes empresarios bendecidos por Manuel Ureña, actualmente arzobispo de Zaragoza. Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa, número dos en las listas del Partido Popular en las pasadas elecciones generales; Javier Herrero, consejero delegado de Iberdrola; Jose Morales, subdirector territorial para Madrid de Ibercaja. Emilio Pinto, presidente de la Fundación, por lo menos está diplomado en Magisterio, fue portavoz del PP de Sigüenza. Carlos Moreno, gerente de la Fundación, es portavoz del grupo de no adscritos en la Diputación de Guadalajara tras ser expulsado del Partido Popular. María Calvo, responsable del Departamento de Relaciones Externas de O´Belén, fue concejal en Guadalajara por el PP y Jose Carlos Moratilla, coordinador de Delegaciones deO´Belén en toda España, ha sido presidente de la Diputación de Guadalajara por el PSOE aunque inició su carrera política en el CDS.
Esta Fundación se financia en más de un 90 por cien del dinero que le entregan las administraciones. Sin embargo, cuenta con patrocinadores, entre los que destacan Ibercaja, Peugeot, Alvargómez Gestión Inmobiliaria, Grupo Lábaro y la Diputacion de Guadalajara.
La "Fundación y Asociación Respuesta Social Siglo XXI" (ARS) gestiona el Centro de Reforma "Los Rosales" (enclavado en el antiguo módulo de mujeres de la cárcel de Carabanchel, literalmente, se cae a pedazos) y el centro para chicas “Puerta Bonita” La presiden Ángel Miguel Blanco Sánchez y secretario Sergio Jesus García Muníz, dos personas que nada han tenido que ver con asuntos de tipo social y sí con el mundo empresarial. El primero es administrador único de “Gestión de patrimonios An-Bla S.L.”, administrador “As Sesena Desarrollos Inmobiliarios S.L.” y de “Carabanchel proyectos inmuebles e instalaciones S.L.”. dedicadas al mundo inmobiliario, a la importación y exportacion. El domicilio social está compartido con todas sus empresas (A sesena sl.) C/ parque Eugenia de Montijo nº 6, fundación, sociación en el buzón y aunque como fundación sí se encuentra registrado, la asociación no lo está. en el nº 8 Carabanchel. nº 2: asociación fundación (alquilado). no figuran como propietarios.

¿Organizaciones “sinónimo” de lucro?

Muchas ONg´s y fundaciones se crearon cuando se terminó la Mili ,la normal y la sustitutoria y organismos que se nutrían de ella, necesitaban voluntarios y profesionales. Se abrió la mano a estas asociaciones y todo valía...
Las administraciones autonómicas se vieron desbordadas, se aceptó cualquier solicitud sin tener en cuenta requisitos mínimos imprescindibles, ni la profesionalidad y especialización del personal. A partir de la Ley 5/2000 de la gestión de la protección de menores, se produce una "caza" de las adjudicaciones de centros de Protección y de Reforma. Estas asociaciones y fundaciones defienden su función social y su falta de ánimo de lucro aunque, según José Luis Calvo, de la Asociación para el Seguimiento y Apoyo a Personas Presas en Aragón (Asapa), funcionan con órganos de gobierno desproporcionados "con numerosos cargos directivos (presidente, vicepresidente, directores generales) y de las subvenciones salen los sueldos, sus coches oficiales, comidas, encuentros, etc.". Unos aseguran haber decidido dedicar sus vidas a mejorar la sociedad en la que vivimos, atendiendo de manera altruista a niños desamparados. “En la práctica -continúa Calvo- nos encontramos detrás a políticos y empresarios (banqueros y constructores)”.
En numerosas ocasiones no son más que un mero negocio. Se trata de empresas que tienen un presupuesto y han de cuadrar las cifras como objetivo primordial. El sistema de protección se ha convertido en una industria, un negocio híbrido en el que se mezclan proclamas de índole caritativa con la lógica del mercado. Según Félix Pantoja, que fue Fiscal Jefe de Menores, "La idea inicial no era permitir que se privatizaran los reformatorios. Incluimos una disposición para que algunas asociaciones de barrio colaboraran en medidas como los trabajos en beneficio de la comunidad o la libertad vigilada, pero no imaginamos que se iba a utilizar para delegar la ejecución de la privación de libertad".
Para Ignacio Campoy, profesor de Derecho de la Universidad Carlos III “Una cosa es el valor del trabajo de las ONG, de las asociaciones, y otra delegar la responsabilidad del Estado en ellas".
Javier Urra, psicólogo forense y ex Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid, sostiene que las Administraciones se han "desresponsabilizado" del problema. Todo ello ha derivado en una mala calidad del servicio.
Hay unos 11.000 menores en residencias y pisos de acogida. Enrique Martínez Reguera, psicólogo y educador con treinta años de experiencia con niños y jóvenes marginados, da algunas cifras: “El cuidado de estos niños aporta, de media, 3.800 euros por chico y mes y, si se trata de un centro público, en torno a 9.000. Uniendo a este montante las aportaciones (para desgravar de Hacienda fundamentalmente) de distintas empresas a través de sus "obras sociales", que funcionan como patrocinadoras, y las donaciones de suelo público de las comunidades, estas organizaciones acumulan pronto un importante patrimonio”.
41 entidades privadas controlan 55 de los 58 centros terapéuticos existentes. Dianova y O'Belén acumulan doce. Entre ambos gestionan cada año unos 17 millones de euros (unos cinco Dianova y cerca de doce O'Belén). Más del 90 por cien proceden del pago en concepto de servicios sociales que les aportan las Administraciones. Entre las otras 39 entidades hay de todo. Desde órdenes religiosas a una sociedad mercantil dedicada a limpieza, catering y atención social. Los centros de protección están prácticamente en manos de empresas privadas. Y los de Reforma también han dado un giro hacia la gestión privada. Baste saber que fundaciones, asociaciones y empresas dirigen más del 70 por cien. Otro dato que prueba la dinámica de privatización es que aproximadamente el 80 por cien se han puesto en marcha en los últimos diez años.
La falta organización es palpable. En ocasiones existen servicios duplicados o multiplicados con nuevos nombres y distintas concesiones de todo tipo.

Chicos malos, grandes negocios

Publicado en Interviú 29 de junio de 2009

El informe del Defensor del Pueblo destapó la caja de los truenos en los centros terapéuticos para menores pero también cuecen habas en los de Reforma y en los de Acogida: cerca de una veintena de menores inmigrantes denunciaron a mediados de marzo al centro de acogida de Deba, en Guipuzcoa por malos tratos. En sus testimonios relatan cómo un educador estampó la cabeza de uno de ellos contra un árbol después de que varios se negaran a fregar el suelo y que el maltrato y los insultos son habituales. Aseguran que en varias ocasiones la dirección del centro les presionó para que firmaran el alta voluntaria y se fueran a otra comunidad autónoma, amenazándoles si no con devolverles a Marruecos ya que cerca del 80 por cien de los internos de este centro provienen de ese país.
En Madrid son sobrecogedoras las cartas de niños y niñas del Centro de Reforma “Los Rosales 1” y “Puerta Bonita”, gestionados por la "Fundación y Asociación Respuesta Social Siglo XXI" (ARS). Desde 2006 han estado pidiendo ayuda a la Agencia para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor sin que se haya puesto remedio.
Las cartas de los menores y las declaraciones de trabajadores a las que ha tenido acceso Interviú y de las que hemos extraído algunos párrafos, convierten el orfanato de Oliver Twist en un hotel de cinco estrellas:
En diciembre de 2005, un educador de Los Rosales, que luego pidió la baja voluntaria, comentó a un compañero que el subdirector del centro, “mientras el chaval estaba boca abajo en el suelo con un vigilante encima, le estuvo golpeando la cara con un “walkie-talkie”. Otro dice que “he llegado a ver cómo después de entrar un educador en una de las celdas, el menor se ha llegado a orinar de miedo”. “En alguna ocasión algún chaval ha tenido este tipo de contención física y mecánica y ha acabado, casualmente, con la cara hinchada: se le ha sacado al patio para que le diera el sol y los hematomas no fueran tan visibles. Cuando un chaval se queja más a menudo de lo normal, se le pide a ciertos educadores de confianza que le provoquen para poder engrilletarle y hacerle una contención física y mecánica”.
Las denunias por escrito de los educadores hablan de “continuas amenazas, lenguaje violento, conductas de intimidación y agresiones físicas por parte de la Dirección y Coordinación y que los educadores y técnicos especialistas carecen de titulación socio-sanitaria ni experiencia alguna en el trato con menores”.
Un tercero comenta que “Ha habido menores (siempre marroquíes) que han llegado a estar más de ocho semanas en aislamiento”. Otro dice que “se utiliza la actividad deportiva como una tortura física: los “entrenamientos” eran brutales. No puedes estar una hora y media sometiendo a un ritmo de entrenamiento a menores bajo condiciones pésimas”. Y es precisamente lo que refiere la carta de un menor: “El viernes 4 de julio de 2008.( ) La educadora Belén nos manda a los diez menores que éramos, hacer cien flexiones seguidas. Lo empezamos a hacer, pero cuando llevábamos treina o cuarenta, muchos menores nos detuvimos, y enseguida ella se pone a gritarnos ( ) Solicitamos que resuelvan y terminen con esta rutina y malvivir… Muchas gracias y perdonen las molestias causadas: vengan lo antes posible por favor para terminar con esta pesadilla. firmado xxx”.
“Hay tres patios para sacar a los menores -explica otro ex trabajador-. Uno de ellos tendrá unos 25 pasos por cinco. Siempre que el chico esté sancionado no puede dejar de andar. Tiene prohibido estar sentado ni pararse, apoyado en la pared o en cuclillas. Prohibido cantar, silbar o correr. Si hace algo de esto se le sube a la celda. La situación normal de los menores es salir una hora y media al día al patio para hacer deporte... que consiste en correr continuamente durante cincuenta minutos o una hora. Si llueve, no salen en ningún momento”.
“Hola, soy un menor infractor. Aquí en Los “Rosales” pasamos todos mucha hambre. ( ) También sufrimos malos tratos psicológicamente. Aprovechan su autoridad para humillarnos. A muchos inmigrantes (ecuatorianos, colombianos, dominicanos, marroquíes…), a los que somos de color negro como es mi caso y a algunos de mis compañeros nos dicen: “Putos negros váyanse a vuestro puto país que sois cucarachas”, etc. Y quiero que sepan que no pongo mi nombre por miedo a lo que nos puedan hacer. Atentamente: Un menor que se arrepiente más de estar aquí que por lo que hice.”
Otro chico dice: “Yo, un menor internado en el centro “Los Rosales” ( ) Hay un grupo de educadores ( ) que se dedican a meterse con los menores llamándolos por motes y además ( ) nos faltan el respeto y a nuestra dignidad gritándonos ( ) y están todo el día amenazándonos a la mínima con sanciones. ( ) También quiero comunicar que muchos de mis compañeros nunca escriben quejas porque tienen miedo a represalias. ( )Hace unos meses hicimos unas quejas y cuando el centro se enteró ( ) a los pocos días todos habíamos perdido privilegios. No tenemos intimidad. En las habitaciones hay altavoces que están todo el día encendidos. ( ) En las visitas tenemos cámaras y un educador todo el rato vigilando. ( ) Y si ustedes no me creen averigüen, que es verdad todo lo que escribo”.
Otro niño asegura que “Esta carta está escrita anónimamente por el miedo a lo que pueda pasarme. Quiero informar que en este centro pasamos mucha hambre, ya que las comidas que se nos dan son muy escasas y en mal estado. ( ) Nos humillan diciéndonos que no somos nada y que nos tendrían que dejar aquí más tiempo de lo debido porque somos basuras para la sociedad. A veces utilizan términos como “negro de mierda”. ( ) Por favor les pedimos una solución a todo esto, ayúdenos”.
En esta misiva X.R. dice haber estado ingresado “un año y cuatro meses. No me he sentido reformado sino con más odio por estar ahí dentro y sin tener que ver con la privación de libertad, ( ) hay abusos por parte de vigilantes y algunos educadores. Me refiero a abusos físicos, agresiones. ( ) Al entrar te tratan como a un perro ( ) tienes dos vigilantes dándote rodillazos en la espalda por detrás mientras te sientan, te gritan, te dicen que las manos las pongas boca arriba… La mayoría se dedica no a educarte, a hacerte la vida imposible, a buscarte sanciones y a provocarte para que saltes. ( ) Yo no guardo rencores, yo quiero que cambien a esas personas y que las echen y que las den su merecido legalmente porque son malvadas y malas”.
Otro ex trabajador se refiere a las condiciones de este centro: “He llegado a ver cómo un menor ha estado un mes entero en una habitación: Frío horrible en invierno, ventanas rotas... En verano había habitaciones donde daba el sol desde primera hora de la mañana hasta la noche, se calentaban de una manera brutal y el aire acondicionado podía pasar mucho tiempo estropeado. La alimentación es una auténtica bazofia. La comida es deleznable y asquerosa. La mayoría de las veces está quemada y fría y en poca cantidad. No es raro encontrar pelos o pequeños bichos. Está encharcada en aceite. Las bandejas y las jarras suben sucias. La subdirección ha llegado a comentar lo “arriesgado” que es comer en el centro porque que el aceite se reutiliza muchas veces y es de bajísima calidad. Los menús no se ajustan a criterios culturales y/o religiosos, especialmente en el caso de los internos musulmanes. Los menores suelen engordar de diez a veinte kilos desde que entran hasta que salen. Se defienden diciendo que hay un médico que vigila la dieta. Incluso hay menores que tienen alergia y te cuesta conseguir otro plato para ellos. A un menor al que le dieron un medicamento pasó toda la noche con un ataque de alergia importante pero hasta el día siguiente no le vió el médico, un anciano doctor que tiene parkinson. En alguna ocasión Juana Mateo Cedillo, la directora, ha advertido al equipo educativo que mire bien qué les receta a los chavales “ya que todos sabemos que ese médico no está muy bien” (palabras textuales)”.


N. L.P denuncia que “Siempre están diciéndonos que somos unos delincuentes y que vamos a quedarnos por ahí tirados como perros. Nos preguntan irónicamente si alguien nos quiere, que somos lo peor de la sociedad y cosas tan fuertes como que tendría que haber pena de muerte en España. Cuando nuestras familias nos traen ropa, tardan dos semanas en subirla. Si salimos con ropa no adecuada nos sancionan pero es que no tenemos ropa. La comida que nos dan es de pésima calidad, a veces nos suben de postre fruta podrida hasta con animales como gusanos, tijeretas, etc. dentro”.
El trabajador X continúa: “Cuando piden una manta se la han negado desde Coordinación diciendo de manera despectiva “que se joda”, “que la hubiese pedido antes”, etc. Los colchones son de gomaespuma con mordiscos y manchas, algunas de sangre y, cuando están en aislamiento se les retira. Las cortinas están sucias y muchas con desgarros. Sólo pueden desinfectar una vez a la semana su retrete y lavabo, aunque haya una o dos personas por celda. Se desatiende la obviedad de que los menores están en crecimiento; la Dirección no se preocupa por proveerse de tallas adecuadas. La ropa está sucia y, además, se comparte: los calzoncillos son comunes. En numerosas ocasiones las tallas son desproporcionadas, facilitando los insultos o motes por lo ridículo de su vestimenta. El calzado está usado y gastado y no suele corresponder con el número de cada interno. Es habitual que los menores corran, durante una hora, con zapatillas dos o tres números más pequeños. A los que trabajan en el taller de jardinería no se le proporciona vestimenta adecuada, teniendo que soportar temperaturas muy bajas con una sudadera de algodón. Manipulan herramientas peligrosas sin tener botas con puntas de acero. Durante la semana, los menores pueden llegar a desarrollar trabajos en jornadas de más de ocho horas. El mantenimiento corre casi en exclusiva por cuenta de los menores y sólo está dado de alta en la Seguridad Social el equipo de carpintería pero no el resto. Las demás actividades se “becan” con un máximo de tres euros al día”.



Esta otra carta, fechada en diciembre de 2006, es de un adolescente vasco: “Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Sí, más o menos, pueden ser unos seis pasos. Este recorrido es el que puedo hacer en la celda durante las doce horas que me tienen aquí encerrado bajo un par de fluorescentes que no siempre funcionan. Aunque es preferible a que, a cada segundo, se anden encendiendo y apagando. ( ) Creo que desde que estoy recluido aquí nunca he tenido una temperatura “decente” en la ducha. En invierno si soy el primero ( ) el agua está extremadamente fría sin embargo, pasados dos o tres internos, el agua quema literalmente y es imposible mantenerse más de unos pocos segundos bajo el chorro. ( ) Si la comida no tiene buen olor o sabor tenemos que comerla igualmente. Si nos negamos podemos ser sancionados con el peligro de que te acusen de “incitación a motín””.
Otro trabajador que estuvo en el centro desde finales de 2006 hasta hace pocos meses pensó al entrar que “todos tenían una intervención psicológica individualizada ya que vienen con problemas sociales y legales distintos, con familias diferentes. La reinserción no existe aunque se asegure que se produce en un 75 por cien de los casos: los menores entran y salen una y otra vez. Colocan educadores y trabajadores muchas veces sin preparación, que improvisan. Un día escuchamos a un coordinador hablándoles de las formas para suicidarse”.
El estado de conservación de las dependencias también es objeto de reflexión para otros ex trabajadores consultados: “Goteras, plafones de luz descolgados, enchufes en mal estado, moho en baños, etc. Dimensiones de habitaciones insuficientes, iluminación muy deficitaria, imposibilidad de ventilación adecuada. Sistema de calefacción y aire acondicionado deficitario o inexistente. Estructuras potencialmente peligrosas para la integridad física de menores y trabajadores (el muro de ladrillos de la zona de deporte cayó la finales de febrero de este año una hora antes de la salida de los menores al patio), vallas de alambre rotas. Material de ocio, educativo y deportivo inexistente o en mal estado: porterías de fútbol no ancladas, material lúdico inutilizable. Que un centro, moviendo una cantidad de dinero muy importante, sea capaz de escatimar en comida, higiene...”
Declaración de otro educador, que estuvo en este centro desde 2005 hasta 2008. “Cuando me entrevistaron, confesé a Javier Torres, uno de los empleados, que nunca había trabajado con menores conflictivos. Me dijo que eso daba igual, que era una persona que físicamente imponía. El coordinador en esa época, que era Alejandro Reina Calleja, actual subdirector, aconseja que se debe procurar que los chavales cumplan la medida cautelar completa: intentar que no tuviesen ningún tipo de revisión de su condena para que no saliesen antes”.
Si se produce cualquier tipo de situación “embarazosa” para el centro, como por ejemplo que los menores se quejen en gran número a la Agencia del Menor Infractor que es quien da la gestión al centro, “son sometidos a fuertes interrogatorios con amenazas de quedarse sin ciertos privilegios y derechos. A los que no escriben esas cartas se les prometen premios o algún permiso. En estos tres años sólo hubo cuatro inspecciones”.
Desde la asociación Prodeni denuncian la complicidad de las administraciones: "Por poner un ejemplo, la Junta de Andalucía informó al Defensor del Pueblo de la existencia de un servicio de inspección a cada centro una vez al año, pero se calla, claro, que dicha inspección suele advertirse con quince días de antelación. Y en esas inspecciones no se requiere diálogo o conversación alguna con los niños y niñas: es decir, no se les pregunta".
Tras el escándalo de la ONG O´Belén, Conde-Pumpido, el Fiscal General, ha ordenado inspecciones periódicas en los centros de menores. Serán trimestrales, sin aviso previo, y con entrevistas al personal y a los niños.
“Evidentemente -prosigue X- se tiene mucho más cuidado con los presos vascos que con los chavales marroquíes que no tienen familia o apoyo exterior. Si cualquiera quiere hablar con su abogado o con el juez, tenemos órdenes (no escritas) de no facilitarles las llamadas en el momento e informar a nuestros superiores. Coordinación y la Dirección del centro prometen compensarles si no telefonean. Las llamadas deben hacerse con un educador delante, que tiene órdenes de cortar si hablan de lo que sucede en el centro e informar de lo que dicen. También se escuchan las llamadas a través de interfonos. Se les prohíbe hablar en su lengua materna y se les sanciona si lo hacen,
“Las cartas se abren y se leen. Yo he sido testigo. Una de las coordinadoras del centro ha leído cartas en público riéndose de lo que ponía y otros compañeros han observado que algunas estaban sospechosamente mal cerradas. En una ocasión uno de los coordinadores contaba cómo se podía abrir una carta de manera que parezca que no se ha abierto”.
Hay sólo una trabajadora social y una psicóloga para todos los internos, que han llegado a ser más de treinta. .
Alberto Fernández de Sanmamed, presidente del Consejo General de Colegios de Educadores Sociales, destaca la precaria "supervisión " que existe desde la administración y que, en la mayoría de los casos, "se deja en manos de las entidades privadas contratar a los profesionales. Trabajan personas sin titulación universitaria o con una titulación inadecuada. En muchas ocasiones nos encontramos que solicitan perfiles de personal de seguridad para realizar labores supuestamente "educativas”". “La mayoría de los cuidadores -denuncia Prodeni- son elegidos por su fortaleza física o por su mal carácter".
Mi nombre es ( ) y he sido trabajador de Los Rosales durante un año y medio. Empecé en 2006 hasta el 2008. El régimen disciplinario es el texto más importante que el educador tiene que conocer. La premisa básica consiste en que el menor debe cumplir íntegra la condena. No se ponen juntos a chicos que tengan el mismo perfil. Al contrario: se busca un enfrentamiento para conseguir sancionarles.”
Sin embargo, esta carta de dos adolescentes aroja una pequeña luz al fondo del tunel. Aún no han perdido del todo su confianza en los adultos: "Agradecimiento a los educadores que, a dia de hoy, siguen a nuestro lado, dando ejemplo al resto de "profesionales " de los centros. Ellos sí nos ayudaron y nos continuan ayudando, caminando de la mano con nosotros en esta lucha para que todo esto acabe cuanto antes, y que nuestros compañeros y compañeras puedan dejar de sufrir en silencio."

CASAS DE HORROR Y TORTURAS



¿Qué está sucediendo en los Centros de Menores? Las declaraciones de algunos ex trabajadores de estas residencias, y las cartas de niños y adolescentes al Defensor del Pueblo hablan de torturas físicas y mentales.
“Yo pensaba "o me muero o me tiro al tren". Ha sido lo peor". Juanga, que tiene ahora 19 años, fue a parar a Casa Joven cuando aún no había cumplido los doce. "Una vez pasé cuatro fines de semana en un reformatorio y era mucho mejor. La gloria al lado de Casa Joven. Desde el principio los educadores te dejan las cosas claras: 'Si yo te digo que es de noche, aunque sea de día, para ti es de noche'. Siempre era igual. Contenciones físicas en las que te tiraban al suelo y te retorcían los brazos y las piernas hasta hacerte moratones. Educadores que decían que no te quejaras porque ellos tenían abogados para defenderse y tú no. No me dejaban hablar por teléfono en caló con mi madre, que es gitana. A veces me insultaban diciéndome que mi familia no me quería. Todo eran abusos. Todo estaba prohibido y no podías quejarte de nada. Todos teníamos brotes de ansiedad”.
El informe del Defensor del Pueblo destapó la caja de los truenos en los centros terapéuticos para menores en el 2008 pero también cuecen habas en los de Reforma y en los de Acogida: la asociación SOS Racismo acompañó a una veintena de menores inmigrantes a denunciar a mediados de marzo al Centro de acogida de Deba, en Guipuzcoa por malos tratos. En sus testimonios relatan cómo un educador estampó la cabeza de uno de ellos contra un árbol y que el maltrato y los insultos son habituales. Aseguran que en varias ocasiones la dirección del centro les presionó para que firmaran el alta voluntaria y se fueran a otra Comunidad Autónoma, amenazándoles, si no, con devolverles a Marruecos ya que cerca del 80 por cien de los internos de este centro provienen de ese país.
Maite Etxaniz, diputada foral de Política Social señaló que se está investigando si, efectivamente, hubo maltrato en Deba. La diputada añade que “Emitir mensajes equívocos, apoyar a los menores en su enfrentamiento con el equipo educativo, cuestionar la profesionalidad de todos los educadores de la red, hablar de derechos pero nunca de deberes es un claro error que viene cometiendo SOS Racismo” y añadió que el papel que está «jugando esa entidad respecto a la atención de menores extranjeros ha sido claramente distorsionador y perturbador”. También aclara que esos adolescentes “se han enfrentado fuertemente al equipo educativo y a otros menores que también tienen derecho a la protección foral. Han originado altercados y ha sido necesario emplear la contención”.
Picón de Jarama es uno de los centros que salen peor parados del reciente informe del Defensor de Pueblo, quien denunció una sala de contención física de los menores "siniestra", "sin ventana", recubierta de una goma negra "que desprende un olor muy fuerte y desagradable, casi irrespirable", de "desnudos integrales" durante los registros; de niños y adolescentes que refieren sanciones degradantes. Durante el último año hubo ocho bajas voluntarias de un total de 23 trabajadores.
Según Gema Fernández- Cueto, directora de la Red de Centros Especializados de la Fundación O'Belén, cada quince días los menores tienen reuniones con el director del centro. "También disponen de hojas de queja. Hay registros de cada sanción, nunca se castigaría a un chico por hablar caló, árabe o cualquier otro idioma, y las contenciones físicas están controladas por psiquiatras".
En Madrid son sobrecogedoras las cartas de algunos niños y niñas del Centro de Reforma “Los Rosales 1” y “Puerta Bonita”, gestionados por la "Fundación y Asociación Respuesta Social Siglo XXI" (ARS). Desde 2006 han estado pidiendo ayuda a la Agencia para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor (ARRMI), cartas que según Carmen Balfagón, directora gerente, “fueron reenviadas al Defensor del Pueblo sin que éste advirtiera ninguna anomalía”. Estas y otras misivas han sido presentadas, a través del sindicato CGT, a Enrique Múgica, Defensor del Pueblo. Actualmente se encuentran en estudio por parte de esta Institución dependiente del Gobierno.
En las denuncias se expone que, en diciembre de 2005, un educador de Los Rosales, que luego pidió la baja voluntaria, comentó a otro compañero de este sindicato que el subdirector del centro, “mientras el chaval estaba boca abajo en el suelo con un vigilante encima, le estuvo golpeando la cara con un “walkie-talkie”. Otro dice que “he visto cómo después de entrar un educador en una de las celdas, el menor se ha llegado a orinar de miedo”. “En alguna ocasión algún chaval ha tenido este tipo de contención física y mecánica y ha acabado, casualmente, con la cara hinchada. Cuando un chaval se queja más a menudo de lo normal, se le pide a ciertos educadores de confianza que le provoquen para poder engrilletarle y hacerle una contención física y mecánica”.
Las denuncias, por escrito, de los educadores al Defensor del Pueblo hablan de “continuas amenazas, lenguaje violento, conductas de intimidación y agresiones físicas por parte de la Dirección y Coordinación y que los educadores y técnicos especialistas carecen de titulación socio-sanitaria ni experiencia alguna en el trato con menores”.
Un tercero comenta que “se utiliza la actividad deportiva como una tortura física: los “entrenamientos” eran brutales”. Y es precisamente lo que refiere la carta de un chico: “El viernes 4 de julio de 2008 una educadora nos manda a los diez menores que éramos, hacer cien flexiones seguidas. Solicitamos que resuelvan y terminen con esta rutina y malvivir… Muchas gracias y perdonen las molestias causadas: vengan lo antes posible por favor para terminar con esta pesadilla”.
“Hay tres patios para sacar a los menores -explica otro ex contratado-. Uno de ellos tendrá unos 25 pasos por cinco. Si el chico esté sancionado no puede dejar de andar. Tiene prohibido estar sentado ni pararse, apoyado en la pared o en cuclillas. Prohibido cantar, silbar o correr. Si hace algo de esto se le sube a la celda. La situación normal de los menores es salir una hora y media al día al patio para hacer deporte... que consiste en correr continuamente durante cincuenta minutos o una hora. Si llueve, no salen en ningún momento”.
Lo que sigue son declaraciones de los propios menores extraídas de las cartas que ha recibido el Defensor del Pueblo: “Hola, soy un menor infractor. Aquí en Los “Rosales” pasamos todos mucha hambre. También sufrimos malos tratos psicológicamente. Aprovechan su autoridad para humillarnos. A muchos inmigrantes (ecuatorianos, colombianos, dominicanos, marroquíes…), a los que somos de color negro como es mi caso y a algunos de mis compañeros nos dicen: “Putos negros váyanse a vuestro puto país que sois cucarachas”, etc. Y quiero que sepan que no pongo mi nombre por miedo a lo que nos puedan hacer. Atentamente: Un menor que se arrepiente más de estar aquí que por lo que hice.”
Otro chico dice: “ Hay un grupo de educadores que se dedican a meterse con los menores llamándoles por motes y además nos faltan el respeto y a nuestra dignidad gritándonos y están todo el día amenazándonos a la mínima con sanciones. También quiero comunicar que muchos de mis compañeros nunca escriben quejas porque tienen miedo a represalias. Y si ustedes no me creen averigüen, que es verdad todo lo que escribo”.
Otro adolescente asegura que “Esta carta está escrita anónimamente por el miedo a lo que pueda pasarme. Quiero informar que en este centro pasamos mucha hambre. Nos humillan diciéndonos que no somos nada y que somos basuras para la sociedad. A veces utilizan términos como “negro de mierda”. No me he sentido reformado sino con más odio por estar ahí dentro y sin tener que ver con la privación de libertad. Hay abusos por parte de vigilantes y algunos educadores. Me refiero a abusos físicos, agresiones. Al entrar te tratan como a un perro: tienes dos vigilantes dándote rodillazos en la espalda por detrás mientras te sientan, te gritan. La mayoría se dedica no a educarte, a hacerte la vida imposible, a buscarte sanciones y a provocarte para que saltes. Yo no guardo rencores, yo quiero que cambien a esas personas y que las echen y que las den su merecido legalmente porque son malvadas y malas”.

El ex trabajador refiere también que “la comida es deleznable y asquerosa. La mayoría de las veces está quemada y fría y en poca cantidad. No es raro encontrar pelos o pequeños bichos. La subdirección ha llegado a comentar lo “arriesgado” que es comer en el centro porque que el aceite se reutiliza muchas veces y es de bajísima calidad”.
Carmen Balfagón reconoce que, efectivamente, hubo problemas en el pasado con la comida y que, al comprobarlo despidió a las dos cocineras inmediatamente. “Prueba de que el problema ha sido subsanado es que los menores de ese centro, con los que me reuno a solas y a puerta cerrada para escuchar sus quejas, no han vuelto a referirme nada en ese sentido”.
Otro menor denuncia: “Siempre están diciéndonos que somos unos delincuentes y que vamos a quedarnos por ahí tirados como perros. Nos preguntan irónicamente si alguien nos quiere, que somos lo peor de la sociedad y cosas tan fuertes como que tendría que haber pena de muerte en España. Si salimos con ropa no adecuada nos sancionan pero es que no tenemos ropa”.
El ex trabajador adscrito a CGT continúa: “La Dirección no se preocupa por proveerse de tallas adecuadas. La ropa está sucia y, además, se comparte: los calzoncillos son comunes. En numerosas ocasiones las tallas son desproporcionadas, facilitando los insultos o motes por lo ridículo de su vestimenta. El calzado está usado y gastado y no suele corresponder con el número de cada interno. Es habitual que los menores corran con zapatillas dos o tres números más pequeños. Durante la semana, los menores pueden llegar a desarrollar trabajos en jornadas de más de ocho horas”.
Carmen Balfagón desmiente tajantemente que esto sea verdad, cosa que también niega el responsable de Comisiones Obreras Jorge Corgayón: “Mienten descaradamente. En los centros sabe todo el mundo que Carmen Balfagón se presenta sin avisar y que habla con los chavales. Hasta que se creó la Agencia del Menor Infractor (ARRMI) había problemas pero ahora no. Hay dos protocolos de actuación y dos equipos de inspección. Uno de la propia Agencia que se entrevista periódicamente con los educadores y los chicos y otro, dependiente de la Fiscalía de Menores y del juez de Menores. que hacen que, en la práctica, sea imposible lo que los trabajadores de CGT denuncian: el 99 por cien de los casos de maltrato no son ciertos como tampoco lo es que se les provoque para que sean sancionados”.
“No me han llegado tampoco protestas sobre la ropa. Soy sindicalista y de izquierdas y, lógicamente, poco tengo que ver políticamente- añade Corgayón- con los responsables de la Comunidad de Madrid pero hay que reconocer que Carmen Balfagón nos ha desarmado: no hay una sola Comunidad Autónoma en toda España que funcione con los menores con la claridad y eficiencia que aquí se lleva a cabo.”
Otro trabajador que estuvo en el centro del 2006 al 2008 asegura que “ Un día escuchamos a un coordinador hablándoles de las formas para suicidarse”. Habla también de “Estructuras potencialmente peligrosas para la integridad física de menores y trabajadores”. Y si se produce cualquier situación “embarazosa” para el centro, como por ejemplo que los menores se quejen en gran número a la ARRMI, “son sometidos a fuertes interrogatorios con amenazas de quedarse sin ciertos privilegios y derechos”.



Rosales y Puerta Bonita no son los únicos centros con “anomalías”. El informe que presentó en su día Enrique Múgica es demoledor. Así denunciaba, por ejemplo que en Sirio I (Madrid) se determina algo tan crucial para los chicos como el número de visitas. Las llamadas telefónicas y las cartas son libres, pero en muchos centros (Santa Lucía y Berzosa en Madrid, Nuestra Señora de la Paz en Cuenca y Baix Maestrat en Castellón) no son privadas. En éste último, los chicos deben pagar las llamadas”. También "es habitual" que el menor "tenga que abrir el correo delante del tutor". Hay centros, como Nuestra Señora de la Paz de "estilo carcelario". Otros están "descuidados y prácticamente abandonados" (Casa Joven Juan Carlos I en Guadalajara y Chavea en Pontevedra). Otros son "claustrofóbicos", como el de Tetuán (Madrid). En todos se realizan registros personales y de los dormitorios, incluso con desnudos integrales (Sirio I, Baix Maestrat, L'Omet, en Alicante; Zandueta, en Navarra, y La Quintanilla en Murcia). "La ventilación es muy mala, y la falta de oxígeno e higiene resulta acuciante", señalaba el informe. Además, muchas habitaciones no se pueden abrir desde dentro y no hay interfonos, por lo que si sucede algo -una chica sufrió un ataque de pánico en Tetuán y se autolesionó-, nadie se entera. En algunos centros (Can Rubió en Barcelona o Picón de Jarama en Madrid) se obliga a los menores a tomar fármacos sedantes en contra de su voluntad.
El sacerdote Enrique de Castro, de la Coordinadora de Barrios, en Madrid, recuerda el caso de un chico del centro de Guadarrama. “Recurrió a nosotros y tras, escuchar que cuando se portaban mal les encerraban solos en una habitación pequeña con ventana con rejas y un colchón en el suelo y, que si se ponían nerviosos les esposaban las manos y les ponían cinta de embalar en los pies, pedimos amparo al entonces fiscal de Menores, Félix Pantoja”. De hecho, Esperanza García, directora del Instituto del Menor y la Familia de Madrid, (IMMF)en aquel momento, cerró tres centros regentados por la asociación Diagrama y así lo hicieron también con otros en Murcia, Andalucía, Valencia, Castilla-La Mancha, Madrid, País Vasco, Galicia y Aragón.
La asociación Prodeni denuncia la complicidad de las administraciones: "Por ejemplo, la Junta de Andalucía informó al Defensor del Pueblo de la existencia de un servicio de inspección a cada centro una vez al año, pero se callan que dicha inspección suele advertirse con quince días de antelación. Y en esas inspecciones no se requiere diálogo o conversación alguna con los niños y niñas: es decir, no se les pregunta".
Tras el escándalo de la ONG O´Belén, Conde-Pumpido, el Fiscal General, ha ordenado inspecciones periódicas en los centros de menores. Serán trimestrales, sin aviso previo, y con entrevistas al personal y a los niños.
Según José Luis Calvo, de la asociación Asapa, “La politica del Instituto Asturiano de Atención Social a la Infancia, Familia y Adolescencia (IAASIFA) prioriza la ley de extranjeria sobre la ley de protección: En alguna ocasión oí que si se trataba bien a los menores se aumentaria el “efecto llamada” asi que lo mejor sería mantenerlos en las condiciones necesarias para que retornaran por donde vinieron. El no facilitarles cursos de formación, retrasar la documentación y elaborar procedimientos para alargar en el tiempo su permanencia han sido algunas de las irregularidades”.


Jaime Barrientos y Javier Faurié