Jaime Barrientos González

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16 jun 2009

"Astrología práctica, diversión asegurada"

ARIES Está siempre dispuesto para el sexo y muchas veces no tiene suficiente con una sola sesión de sexo ni con un sólo orgasmo, como sabe Virgo.

TAURO Se vuelve irresistible cuando lanza sus miradas amorosas tanto en público como en la cama. Disfrutará mucho con Libra y con alguien de su signo.

GEMINIS Su habilidad con el sexo oral hace que signos como Escorpio o Cáncer quieran repetir la experiencia... y que se pregunten dónde lo ha aprendido.

CÁNCER Sabe encontrar el punto flaco , y el G también, de su pareja y hacerle aullar de placer. Después se colocará en posición fetal y se dormirá junto a la comprensiva Piscis.

LEO Convencido de que con el sexo se queman calorías, sus sesiones amatorias, sobre todo con Sagitario, son tan movidas como prolongadas.

VIRGO En la cama no suele ser muy parlanchín pero lo suple con unas manos de oro que hacen gemir de placer a signos como Cáncer o Géminis.

LIBRA Los juegos previos empiezan mucho antes de llegar a la cama. A veces en plena calle o en un lugar público. Este descaro gusta mucho a Aries y Acuario.

ESCORPIO Su paternalismo innato le lleva a esmerarse en la cama y a enseñar a signos tímidos como Virgo o Capricornio a soltarse la melena.

SAGITARIO Le gusta todo lo exótico, sobre todo en la cama: que Escopio y Tauro se preparen para practicar el Kamasutra, postura por postura.

CAPRICORNIO Es el rey de los detalles sensuales. Si Piscis y Leo se dejan desnudar por él, les arrancará gritos de placer sólo con sus sabias manos.

ACUARIO Tiene siempre tantas ganas de echar un polvete que está dispuesto a probar cualquier nueva postura o juguete. Que no lo olvide Géminis.

PISCIS Es muy cuco: primero va de tímido y estrecho y se hace de rogar pero en cuanto Aries o Leo se quieren dar cuenta han caído en sus redes y trucos.

"Astrología práctica, diversión asegurada"


ARIES Le encanta ayudar así que lo mejor para ligársele consiste en pedirle que te solucione algo o te eche una mano. Lo hará encantado sobre todo con Piscis.

TAURO Le encanta reir así que lo mejor para que Leo se le lleve al huerto consiste en invitarle antes a ver una película de humor no demasiado difícil.

GEMINIS Se le ligará quien sepa darle una animada y culta conversación sore temas de actualidad. Capricornio y Cáncer lo tienen fácil...

CANCER Para colocarle en posición amatoria, nada como llevarle a ver una puesta de sol porque es un romántico incurable como sabe Escorpio.

LEO Necesita estar orgulloso de quien tiene al lado así que su pareja, antes de meterle entre las sábanas deberá vetirse de lujo. Muy bien con Sagitario y tauro.

VIRGO La perfecta pareja de este signo tiene que ser una especie de “mac Giwer” que lo mismo sirva para un roto que para un descosido. Aries, por ejemplo...

LIBRA Si Escorpio recuerda que tiene un espíritu muy generoso, antes de irse a la cama con él, irá a un concierto benéfico o a una mani de carácter solidario

ESCORPIO Si Cáncer o Piscis saben rodearse de un halo de misterio se le llevarán a la cama seguro. Le gusta ir elevando la tensión amatoria.

SAGITARIO Quien quiera meterle entre las sábanas debe prepararse antes para una jornada maratoniana en la que habrá un poco de todo. Excelente con Géminis y Acuario.

CAPRICORNIO Solo quiere triunfadoras a su lado. Aries o Leo lo tendrán muy fácil en lña cama si le cuentan lo mucho que trabajan... aunque no sea verdad.

ACUARIO Quien sepa enrollarse contando leyendas urbanas y sucesos paranormales o del mundo de la ciencia lo tendrá muy fácil. Cáncer puede probar suerte estos días.

PISCIS Prefiere que sea la otra persona quien de el primer paso. Si Tauro se enrolla contándole algo que le interese le llevará al huerto.

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ARIES
Le corta mucho el rollo que su pareja intente mandarle en la cama o fuera de ella. Si esto sucede será una vez:luego saldrá corriendo, especialmente si es Virgo.

TAURO
Si alguien, Géminis o Leo, por ejemplo, quieren que salga corriendo, lo mejor es regañarle en público o faltar a una cita importante.

GEMINIS
Las personas posesivas, dependientes o lloronas como Cáncer o Piscis no tienen nada que hacer ni en la cama ni fuere de lla contigo.

CANCER
Un par de respuestas agresivas o la crítica sistemática lograrán que salga corriendo de entre las sábanas de Aries o Escorpio para no volver nunca.

LEO
Si Géminis o Acuario queren cortarle el rollo a este signo lo mejor es ponerte a hacer comparaciones con paraejas anteriores...
VIRGO
Echar un polvete será si personas como Sagitario le meten en unas sábanas que no estén inmaculadas o en una casa desordenada o sucia.

LIBRA
¿Tauro o Leo quieren que salga corriendo de la cama?: montarle una escena con gritos incluidos dará excelentes resultados.

ESCORPIO
Cuando este signo pierde la confianza, ya se pueden despedir esta semana signos como Libra o Piscis. No soporta las mentiras.

SAGITARIO
Adora a sus amigos y necesita libertad. Como a signos tan posesivos como Aries o Cáncer les de por cortarles las alas lo llevarán claro...

CAPRICORNIO
Lo mejor para que de por finalizada una relación consiste en mentirle. Si Géminis o Sagitario hablan mal a sus espaldas habrá problemas seguro.

ACUARIO
Para que piense que se está mejor solo que mal acompañado, Tauro o Libra deben llenar su casa y su vida de familiares y compromisos sociales.

PISCIS
Aries y Sagitario no deben burlarse de él ni comentar un gatillazo porque saldrá corriendo de la cama para no volver nunca más...

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ARIES
Si en una reunión quieres saber quién pertenece a este signo, no tienes más que contar un chiste un poco sutil: será el único que no lo entenderá, como muy bien sabe Leo.

TAURO
El sentido del humor del toro es bastante sencillo y le suelen gustar los chistes infantiles o con moraleja. Los que le cuenta Escorpio le hacen gracia.

GEMINIS
Los chistes que más le gustan a este signo tienen que ser muy cortos. Sabe contarlos muy bien y hasta es posiblel que cambie de voces. A Acuario le encanta sus entido del humor.

CANCER
Le gusta contar, y que le cuenten, chistes enrevesados y cargados de ironía. Tiene tendencia a que sean contra algo o alguien,como saben Tauro o Virgo...

LEO
Se toma las bromas contra su persona como algo personal que hiere su orgullo. Que Sagitario lo tenga en cuenta. Es un excelente actor que sabe dramatizar sus chistes.
VIRGO
Si alguien tiene poco sentido del humor eres tú. Tus chistes son extraños y muchas veces no terminas de contarlos por pura timidez. Muy bien esta semana junto a Escorpio.

LIBRA
Posee un gran sentido del humor y sus chistes y bromas nunca suelen sentarle mal a nadie porque sólo quiere agradar. Le irá bien con Tauro.

ESCORPIO
Sus chistes siempre están cargados de intención y si son de tipo sexual es que quiere ligar. Su sentido del humor es algo retorcido, mmejor que Virgo le evite estos días.

SAGITARIO
Cuando este signo empiece a contar un chiste lo mejor es que Aries salga corriendo. Sencillamente no está en su naturaleza; o se equivoca o lo cuenta al revés.

CAPRICORNIO
Le encanta hacer bromas pero no soporta que se las hagan a él. Su humor es bastante negro y algo retorcido pero muy del gusto de Escorpio.

ACUARIO
Es poco dado a conntar chistes pero, como a Géminis, le gusta que sean rápidos. Lo pasarás estupendamente con Piscis y Aries.

PISCIS
Le gustan los chistes aparentemente inocentes pero que estén cargados de ironía e intención. No soporta ver como Escorpio o Capricornio se ríen de otro en su presencia.

GILLES DE RAIS "BARBA AZUL"


Amigo de Juana de Arco, invocador de satanás y asesino de niños
GILLES DE RAIS: UN BARBA AZUL ENTRE SANTOS Y DEMONIOS

El Mal existe: en la Edad Media vivió en Francia y se llamaba Gilles de Rais aunque sus jueces le pusieron por nombre “El Aborto de Satanás”. Mariscal del rey Carlos VII, paladín de Juana de Arco y en su tiempo héroe nacional, violó, torturó y asesinó a varios centenares, quizá un millar, de niños y adolescentes con el fin de obtener con su sangre la piedra filosofal que le hiciera inmortal pero también, y como reconoció en el juicio, por simple placer personal o por puro aburrimiento... Apasionado de la alquimia, invocador de demonios, cuando por fin es juzgado y condenado, este asesino en serie por vocación “artística”, confiesa, se arrepiente y muere como un santo en medio del duelo general.

“Yo, Gilles de Rais, confieso que todo de lo que se me acusa es verdad. Es cierto que he cometido las más repugnantes ofensas contra muchos seres inocentes, niños y niñas, y que en el curso de muchos años he raptado o hecho raptar a un gran número de ellos. Aún más vergonzosamente he de confesar que no recuerdo el número exacto y que los he matado con mi propia mano o hecho que otros mataran, y que he cometido con ellos muchos crímenes y pecados. En todas estas viles acciones yo fui la fuerza principal, aunque he de mencionar como asesinos de niños a mis primos Roger de Bricqueville y Gilles de Sillé, a mis criados Griart y Étienne Corillaut, alias “Poitou” a mi otro criado Rossignol y al pequeño Robin, que desgraciadamente ha muerto. Confieso que maté a esos niños y niñas de distintas maneras y haciendo uso de diferentes métodos de tortura: a algunos les separé la cabeza del cuerpo, utilizando dagas y cuchillos; con otros usé palos y otros instrumentos de azote, dándoles en la cabeza golpes violentos; a otros les até con cuerdas y sogas y los colgué de puertas y vigas hasta que se ahogaron. Confieso que experimenté placer en herirlos y matarlos así. Gozaba en destruir la inocencia y en profanar la virginidad. Sentía un gran deleite al estrangular a niños de corta edad incluso cuando esos niños descubrían los primeros placeres y dolores de su carne inocente. Me gustaba poner mi miembro viril en los culos de las niñas que no sabían todavía para qué servían sus otras partes. Dejé que mi semen impregnara los cuerpos de estos niños y niñas hasta cuando estaban agonizando”.
Estas monstruosas aseveraciones y lo que sigue son sólo una mínima parte de la confesión que hizo Gilles de Rais, uno de los mayores y más crueles y perversos asesinos en serie de la historia, en los días previos a su ejecución en Nantes.
“Éste no es el final de mis execrables crímenes. Siempre me he deleitado con la agonía y con la muerte. A aquellos niños de cuyos cuerpos abusé cuando estaban vivos, les profané una vez muertos. Después de que hubieran muerto, gozaba a menudo besándoles en los labios, mirando fijamente los rostros de los que eran más bellos y jugueteando con los miembros de los que estaban mejor formados. También abrí cruelmente los cuerpos de aquellos pobres niños o hice que les abrieran en canal a fin de poder ver lo que tenían dentro. Al hacer esto mi único motivo era mi propio placer. Codiciaba y deseaba carnalmente su inocencia y su muerte. Con frecuencia, he de confesar, y mientras esos niños estaban muriendo, yo me sentaba sobre sus estómagos y experimentaba gran placer en oír sus estertores de agonía. Me gustaba que un niño muriera debajo de mi cuerpo, u observar como uno de mis criados cometía actos de sodomía con un niño o una niña y le mataba después. Solía reírme a carcajadas a la vista de un espectáculo así en compañía de los mencionados Corillaut y Griart. Ordenaba que Griart, Corillaut y los otros convirtieran después en cenizas los cadáveres de mis víctimas” reconoce el monstruo, que continuó por varios días desgranando un rosario de horrores ante los espantados oídos de quienes le juzgaban.
“Me gustaba ver correr la sangre, me proporcionaba un gran placer” continúa el maléfico personaje cuyas atrocidades sirvieron dos siglos más tarde de base a Charles Perrault para escribir su “Barba Azul” aunque en el cuento cambió a los niños por mujeres. “Recuerdo que desde mi infancia los más grandes placeres me parecían terribles. Es decir, el Apocalipsis era lo único que me interesaba. Creí en el infierno antes de poder creer en el cielo. Uno se cansa y aburre de lo ordinario. Empecé matando porque estaba aburrido y continué haciéndolo porque me gustaba desahogar mis energías. En el campo de batalla el hombre nunca desobedece y la tierra toda empapada de sangre es como un inmenso altar en el cual todo lo que tiene vida se inmola interminablemente, hasta la misma muerte de la muerte en sí. La muerte se convirtió en mi divinidad, mi sagrada y absoluta belleza. He estado viviendo con la muerte desde que me di cuenta de que podía respirar. Mi juego por excelencia es imaginarme muerto y roído por los gusanos”.
Nacido el año de 1404 en el castillo de Machecoul, en el seno de una de las familias más nobles y adineradas de una Francia inmersa en la guerra de los Cien Años, cuando Gilles sólo cuenta 10 años, su padre, Guy de Rais, muere por las heridas inflingidas por un jabalí en una cacería. La agonía fue espantosa ya que el barón de Laval se mantuvo con vida varios días en el castillo con el vientre abierto. Esa imagen se le queda grabada a fuego al niño y seguramente es la que años después intenta reproducir con sus víctimas. Gilles hereda entonces la vasta fortuna familiar aunque durante gran parte de su adolescencia queda bajo la férula de su abuelo materno, un hombre ambicioso y carente de escrúpulos cuyas intrigas acrecentaron aún más la fortuna del huérfano. Además de convertirle en un alcohólico, le obliga a casarse con su prima cuando sólo tenía dieciseis años por puros intereses económicos. El matrimonio celebrado en 1420 sucitó cierta polémica por la relación de parentesco que tenían y por no haber pedido permiso al Papa.
Desde los dieciséis años, época en la que comenzó a guerrear bajo la bandera del duque Juan V de Bretaña hasta la fecha en la que, con veinte, entró al servicio personal del delfín Carlos, sus condiciones como combatiente fueron sobresalientes. Durante sus primeras acciones de guerra enmarcadas en los litigios que enfrentaron a las casas de Monfort y de Penthiévre, Gilles demostró una inusual pericia con las armas. Sus compañeros de batalla aseguraban que “un espíritu demoníaco parecía poseerle cada vez que la sangre afloraba en el combate”. La verdad es que Gilles disfrutaba con la guerra, era como un juego para él: cabalgar a lomos de su caballo favorito, Noisette, desenvainar la espada y medirse con el enemigo en singular duelo era lo mejor que podía sucederle a un hombre de armas francés, educado para la guerra y preparado para morir si fuese necesario. A los veintidós años organizó su propio ejército pagado de sus arcas; no en vano en su blasón confluían tres grandes fortunas que le aupaban a lo más alto de la pirámide social gala. Tan sólo el rey se situaba por encima de su escudo, y, a decir de muchos, ni siquiera eso. Fue entonces cuando junto con sus hombres se puso bajo el mando de Arthur de Richemont, hermano de su señor, el duque de Bretaña y condestable de Francia. Juntos dirigieron sus tropas rumbo a Chinon dispuestos a una última defensa desesperada en torno al delfín Carlos VII. Corría el año 1427. Durante los meses siguientes, Gilles se distinguió ante los suyos luchando en pequeñas pero encarnizadas refriegas contra los ingleses. La furia le dominaba en aquellos envites, hasta el punto de que en numerosas ocasiones sus lugartenientes debían frenar su ímpetu suicida. Era tal su desprecio por la vida, la propia y la de sus contrincantes, que algunos nobles cruzaron apuestas sobre el tiempo que le quedaba al barón de Laval antes de morir en combate.
A la edad de 24 años, un hecho extraordinario da un nuevo sentido a su vida: conoce a Juana de Arco, extraordinaria mujer a la que siguió y protegió durante los años que ésta luchó por Francia y por Carlos VII. Cuenta la historia que una de las antorchas prendió por accidente los flecos del estandarte de Juana. Ésta, sin perder la compostura, orientó la tela hacia el suelo, donde se apagaron las llamas gracias a una eficaz maniobra en la que su yegua pisoteó el fuego. La imagen estremeció a Gilles de Rais, quien creyó ver en ese momento sublime la figura de Dios encarnada en la Tierra. Sollozando, prometió ser el campeón eterno de la doncella: por ella lucharía, junto a ella mataría y, si fuera necesario, moriría en ese trance espiritual que tanta paz y tranquilidad le estaban dando. “Cuando la vi por primera vez parecía una llama blanca. Fue en Chinon, al atardecer, el 23 de febrero de 1429. Desde el principio fui su amigo, su campeón. En el momento en que entró en aquella sala un estigma maligno escapó de mi alma y, ante el escepticismo del delfín y la corte, yo persistí en creer su misión divina. En presencia de ella y por ese breve lapso, yo iba en compañía de Dios y mataba por Dios. Al sentir mi voluntad incorporada a la suya, mi inquietud desapareció”.
Sus éxitos militares le valieron el título de marqués y el reconocimiento como héroe nacional. Carlos VII intentó, una vez coronado, deshacerse de la molesta campesina ya que no creía conveniente que un rey dependiera de la fama o las visiones de una muchacha casi adolescente que afirmaba estar en contacto con Dios. Quizá por eso nadie movió un dedo para impedir que Juana fuera hecha prisionera por los ingleses e internada en el castillo de Rouen donde esperó resignada su suerte.


Mientras esto sucedía, Gilles de Rais se presentó ante Carlos VII dispuesto a organizar el rescate de su protegida. El mariscal, atenazado por el dolor, solicitó de su monarca hombres y pertrechos suficientes para el asalto de Rouen. El rey se negó en redondo a secundar la empresa aduciendo que intentar salvar a la doncella sólo supondría un desastre para sus tropas. De todas formas, la muchacha ya no era imprescindible para su causa y el ejército sería más útil en los futuros compromisos bélicos que lo enfrentarían al enemigo inglés. Gilles, perplejo por lo que estaba escuchando, increpó a gritos al desagradecido soberano: “¿Quién es este rey que niega a su salvadora la posibilidad de ser recuperada de manos inglesas? Sólo sois un miserable bastardo que se sirvió de la pureza demostrada por la doncella para alcanzar sus fines. ¡Os desprecio!”. Dicho lo cual, subrayó la afrenta arrancándose sus blasones, en los que figuraba la flor de lis, y, pisando el emblema, abandonó la estancia ante el estupor de los nobles que rodeaban al rey. Gilles de Rais decidió armar por su cuenta una compañía de mercenarios que le acompañasen a liberar a Juana de sus captores pero no llegó a tiempo de salvarla y murió quemada en la hoguera. Gilles se encierra entonces en su castillo de Tiffauges, negándose a tener contactos sexuales con mujer alguna y dando comienzo a una carrera de crímenes y sacrilegios que tratan de desafiar a Dios por haber permitido que Juana fuese juzgada por bruja y torturada hasta la muerte. Guilles abandonó a su esposa y única hija y se retiró a sus propiedades. Daba suntuosas fiestas en las que dilapidaba su fortuna. Protegía a los niños desvalidos en su centro de acogida para huérfanos instituído por él al que llamó “Los Santos Inocentes” mientras mantenía un cuerpo de cincuenta personas de guardia más un coro religioso vestido con lujosos trajes de oro y seda. El incienso para perfumar las estancias se contaba por barriles y en sus desplazamientos se hacía compañar por varios órganos, uno de los cuales era de tal envergadura que debía ser transportado por seis hombres.
Para tratar de obtener más riquezas ya que su tren de vida aliviaba las arcas familiares a un ritmo vertiginoso, Guilles recurrió a la ayuda de alquimistas que pudieran enseñarle a materializar el oro de la nada por medio de la piedra filosofal. Una pléyade de charlatanes se dio cita entonces junto a él. Uno de los que más impacto causaría en la vida del marqués sería el florentino Francesco Prelati, alquimista y oficiante de misas negras en las que abundaban los sacrificios humanos. El primer niño asesinado lo fue en honor a Satanás. Es este oscuro personaje quien le indica que la mejor forma para poder recuperar la fortuna despilfarrada consiste en firmar un contrato con el diablo. Algunas de las biografías cuentan incluso que en su testamento llegó a legar parte de sus bienes a Satanás, pero reservándose su vida y su alma y que en las escrituras del castillo de Tiffauges figuraba como titular el mismísimo Rey de las Tinieblas.
A partir de este momento comienza una época de terror y contradicciones que duraría ocho años. Tras dilapidar una de las fortunas más grandiosas del siglo XV, Gilles se inicia en las prácticas alquímicas y en invocaciones demoníacas. Para ganarse la confianza del Maligno hizo secuestrar a un hermoso niño de una de las familias más pobres de Machecoul que sería cruelmente torturado y asesinado. A éste le seguirían varios más. Aunque el demonio no se aparecía, el marqués comienza a desarrollar un perverso placer sexual ante las torturas y sufrimientos de los niños y adolescentes maltratados. Goza lacerándoles y al verles mutilados: La simple visión de la sangre le proporcionaba un éxtasis sexual indescriptible que le lleva en ocasiones hasta el coma.
Guilles de Rais gustaba también de decorar su habitación con las cabezas más bellas de sus víctimas, a las que hacía peinar y maquillar y era habitual que con sus esbirros organizasen concursos para elegir a la cabeza más hermosa que sería empleada después en sus ritos de necromancia. En 1432, un aprendiz de doce años de edad desapareció para siempre de la aldea de Machecoul pero no causó gran revuelo esta marcha ya que Gilles de Sillé, primo del marqués, había pedido permiso a los superiores del niño para enviarlo a un recado... De otro niño de nueve años, pastor de bueyes, también no se supo más que había hablado con Sillé. Una viuda que habitaba frente al castillo se lamentó de la desaparición de su hijo de ocho años, "un hermoso muchacho de piel blanca, y muy hábil". Dos semanas mas tarde se notó la ausencia de otro menor. Para calmar los alterados ánimos en la aldea de Machecoul, Gilles de Sillé explicó a la gente que había raptado a los niños para enviarlos a Inglaterra como parte del rescate que se pedía para conseguir la libertad de su hermano, prisionero de los ingleses, los cuales exigían cierto numero de muchachos para adiestrarlos como pajes.
Las continuas desapariciones de los niños cerca de las propiedades de Rais eran motivo de especulaciones, si bien nadie se atrevía a acusar directa y abiertamente a Rais ya que aunque empobrecido seguía siendo un personaje poderoso. Sin embargo, y como las deesapariciones de muchachitos iban en aumento, al duque de Bretaña no le quedó más remedio que intervenir. Viendo indicios más que suficientes de la culpabilidad de Rais en la perpetración de los crímenes, el 13 de septiembre de 1440 fue detenido por un grupo de soldados, que hallaron en el castillo de Machecoul los cuerpos despedazados de cincuenta niños y adolescentes. En el proceso que se siguió contra este monstruo se lograron demostrar 140 asesinatos cometidos por él entre 1432 y 1440 aunque algunos investigadores elevan esa cifra a más de doscientos y otros a casi mil coincidiendo con el número de desapariciones de niños que se produjeron en la zona gobernada por el barón durante su época de terror. El número total nunca se sabrá debido al pánico que los familiares de los desaparecidos sentían ante el "discípulo de Satanás" y a la cantidad de huérfanos que las sucesivas guerras que encharcaron de sangre Europa habían arrojado a los caminos.
Los abominables crímenes de Gilles de Rais siempre fueron dirigidos a niños entre siete y quince años, varones en su gran mayoría y atractivos, por lo que también se le ha encuadrado como un maníaco sexual y un pederasta. Rais, que en un principio se negó a declararse culpable, fue sometido a las más diversas torturas pero hasta que no se le amenazó con la excomunión no se decidió a confesar allegándose total culpabilidad en los crímenes y disculpando a sus parientes y servidores. Lo curioso del caso es que se consideraba muy católico y después de cada asesinato iba arrepentido a la capilla a rezar por su salvación y la de sus víctimas. Extraña dualidad la de este hombre que se llamaba “hijo de Cristo”, y que pidió a los padres de las víctimas que rogaran por él al cielo, y a los que solicitó su perdón antes de la ejecución. En el juicio que se le hizo prometió peregrinar a Tierra Santa para pedir la conclusión de sus pecados.
Cuando finalmente fue condenado por el obispo de Nantes a la pena capital bajo la acusación de "hereje, reincidente, brujo, sodomita, conjurador, espíritu malvado, adivino, asesino de inocentes, apóstata, servidor de fetiches desviado de la fe y su enemigo, además del vaticinador y maestro brujo que era y es", el único argumento que alegó en su defensa fue: "La estrella bajo la que he nacido me ha destinado a cumplir hechos que nadie había podido entender". Al amanecer del 26 de octubre de 1440 fue llevado a un descampado junto a dos de sus cómplices para ser colgado y quemado en la hoguera. Antes de pender en la horca, Rais se disculpó públicamente por sus acciones, además de recomendar que nadie siguiese su ejemplo ni se sumiese en la perversión a la que él había llegado. Colgado y quemado en la hoguera, por petición de sus familiares y atendiendo a su linaje, el cuerpo parcialmente incinerado fue retirado del fuego para ser enterrado.
¿Realmente Gilles de Rais cometió todos los crímenes que se le atribuyen o la acusación formó parte también de una maniobra política? En estos últimos años, algunos historiadores franceses pretenden rehabilitar la figura del célebre mariscal, intentando destacar su faceta militar en la guerra de los Cien Años, donde tuvo una participación decisiva en la campaña de Orleans, mientras argumentan que los juicios a los que fue sometido el barón de Laval estuvieron plagados de irregularidades jurídicas. Juan V ,duque de Bretaña y señor feudal de Gilles de Rais, fue el gran beneficiado de este proceso, pues de un tajo se libró de alguien que le hacía demasiada sombra y lo mismo puede decirse del rey Carlos pero lo que es indudable es que, aunque hubiera sido uno solo el niño asesinado, nada ni nadie puede justificar quitarle la vida aun ser inocente...

"Los extraños casos del doctor Normand"




LA MUERTE ES FRIA
Sonó el móvil. La llamada era de mi amiga Mercedes Moreno, una de las primeras mujeres que logró ser comisario en España.
-Javier, ¿Has oído lo que han dicho en el programa “Amor a primera Visa”?: Paulina Gormaz ha muerto.
La fallecida era una de esas “desocupadas oficiales” de familia bien de toda la vida y yo me había encontrado con ella ocasionalmente en alguna de las fiestas de la embajada de Karajistán. Nieta, hija, hermana y madre de diplomáticos, desde muy niña se acostumbró a ver en casa a políticos, empresarios y personajes del Gotha mundial. Casada muy jóven, al fallecer su marido se lió con uno de los hermanos del sultán karajistano, a quien había conocido en un internado en Suiza. Tras un escándalo en el emirato por haberse publicado en Europa unas fotos “robadas” con su amante a bordo de un yate, Paulina llegó a temer por su vida y nunca más volvió a aquel país aunque últimamente se rumoreaba en la Prensa especializada que habían sido vistos juntos otra vez.
Insensata, simpática, inocentona y mimada, era público y notorio que su cortijo gaditano, el mismo en el que la había encontrado la muerte, se había convertido en una especie de venta de paso por el que campaban a sus anchas rufianes de todo tipo comandados por el último de sus amantes: Jesús Jiménez “El Enterao”, un torero sin suerte con redaños sólo para dar “sablazos” y torear maridos engañados.
El fallecimiento se produjo por un fuerte golpe en la región occipital. En las imágenes tomadas por el fotógrafo judicial, Paulina aparecía tumbada, decúbito supino, y todo indicaba que había resbalado en la bañera y se había desnucado contra el borde cayendo en su interior y arrastrando en su caída la cortina y la repisa con la esponja y las orquillas. Una de ellas, había quedado encajada entre el desague y el tapón.
“Todo parece normal - me comentó mi amiga- pero teniendo en cuenta la relevancia social y política de su familia y su lío con aquel emir, no estaría de más que le echaras una ojeada al asunto.”. Dicho lo cual, me tendió el informe.
El cuerpo había sido descubierto, oficialmente, el lunes por la mañana por la asistenta y, dado el estado de conservación del cuerpo, el médico forense había estimado la hora del óbito entre las doce de la noche y las seis de la madrugada del lunes. En los omoplatos, en la zona lumbar, los glúteos y pantorrillas aparecían unas pequeñas quemaduras o rozaduras que preocuparon al médico pero que muy bien podrían haber sido hechas por su amante torero, al que tiempo atrás había denunciado en un programa televisivo por malos tratos aunque luego habían hecho las paces.
Le pregunté a la encargada de la limpieza, una mujer que había cuidado de Paulina desde niña, si había notado algo raro o había echado algo en falta.
-Esta casa era un descontrol muy grande. La pobre señorita era tan buena... Ayudaba a quien se lo pedía: todos tenían la puerta abierta cuando ella estaba... Para robar poco había ya, todos los objetos de valor se fueron marchando. ¡Con la de gente que conocía y tener que morir sola, sin nadie a su lado! Me llamó y me dijo que estaría en el cortijo el fin de semana y que viniera a limpiar el lunes. ¿Qué si me chocó algo?: Sí, que todas las puertas, ventanas y cancelas de la casa estaban cerradas y que se habían fundido los plomos. Seguramente no le dio ni tiempo a abrirlas. Era lo primero que hacía siempre. Me solía decir: “María déjate de encender los aires acondicionados que eso no es bueno. Lo sano es el olor del campo”. También me extrañó que el grifo estuviera puesto en función bañera cuando ella siempre se duchaba...
Hacía calor, le pedí a la buena mujer que me trajera un vaso de agua con hielo pero volvió diciéndome que no quedaba ni uno. Recorrí la casa pensativo. Algo más no encajaba: los termostatos de todos los aires acondicionados estaban al máximo...
Le dije entonces a Mercedes que llamara a la embajada de Karajistán y que preguntara si el emir se encontraba en España y, como me imaginaba, se había marchado el sábado en su jet privado. Crimen resuelto pero sin poder meter al asesino entre rejas.
SOLUCION .
¿Cómo lo supe? Voy a reconnstruir los hechos tal y cómo yo los veo: el hermano del sultán y Paulina llegan al cortijo: ella le intenta chantajear y se pelean. En la lucha ella se propina, o le da, un fuerte golpe en la nuca. El servicio de seguridad que acompaña siempre al emir le quita de la escena del crimen y le monta en el avión. Mientras, otro grupo va recreando otro escenario: llenan la bañera de hielos (de ahí las quemaduras en la espalda, glúteos y pantorrillas) y ponen el tapón pero cuidando de colocar una orquilla para que el agua del deshielo vaya desapareciendo poco a poco y no deje una pista indeseable sobre la hora real de la muerte al forense. Para retrasar aún más la estimación pericial pusieron los termostatos de ventilación al máximo y cerraron todas las puertas y ventanas. Programaron después una televisión o un aparato eléctrico para una determinada hora de la madrugada del lunes de modo que la sobrecarga de luz fundiera los plomos y volviera a confundir al forense sobre el estado de conservación del cadáver.

"Historias no oficiales"


Sunníes y chiitas esperan la llegada de un gran rey
EL MAHDI, UN MUSULMAN AMIGO DE CRISTO
Las últimas manifestaciones en la ciudad de Kerbala ¿Son una demostración de fuerza de la tendencia mayoritaria en Iraq auspiciada por Irán o se trata de algo más profundo? Lo que Occidente no ha comprendido es que muchos de ellos invocan la presencia del Mahdí, un hombre excepcional que salvará al orbe musulmán de su actual decadencia. Pero no es sólo un puñado de fanaticos quien pide la venida de ese libertador. Hasta el escritor y pensador marroquí Tahar Ben Jelloum, muy poco sospechoso de radicalismo religioso, ha escrito una carta abierta (Le Monde, 9 de abril 2003) titulada “Le monde arabe est fatigué” que comienza diciendo: “Una leyenda árabe dice que una vez cada cien años un hombre, ni héroe ni martir, un hombre providencial, una suerte de profeta laico, ( ) se eleva y salva una nación. Dotado de una autoridad natural, sabe que ha de revelarse a un pueblo dormido, un puelo anestesiado por una cruel fatalidad engendrada por la pasividad.”


De Oriente a Occidente se habla de un misterioso personaje, que ayudará a Cristo en su Parusía: en el Islám recibe el nombre de El Mahdi, para los portugueses es el rey Sebastián, los pueblos germánicos esperan al rey Federico III y los franceses al Rey de los merovingios.
En uno de los hadizes (dichos y hechos de Mahoma no recogidos en el Corán) de Muslim, Kitabul Fitn, se dice que “al final de los tiempos, Alá enviará al hijo de María. Descenderá sobre un minarete blanco al Este de Damasco. Estará vestido con dos paños de color azafrán y se apoyará en los hombros de dos ángeles. ( ) Los incrédulos morirán hasta donde alcance su aliento”. En varios hadizes más se habla de que “El Mahdi” (literalmente “El que es bien dirigido”) ayudará a Jesús, a quien los musulmanes consideran un profeta especialísimo, en su segunda venida o Parusía.
Pero, ¿quién es el Mahdi? Ni una palabra en el Corán acerca de este misterioso personaje. Para la facción chiita se trataría del Duodecimo Imám o Imám Oculto. Los sunnitas, en un hadiz, dicen que Mahoma aseguró que “El Mahdi pertenecerá a mi tribu y tendrá la frente ancha y la nariz prominente. Llenará la tierra de justicia, del mismo modo que antes estaba llena de opresión y tiranía, y gobernará durante siete años”. Es generalmente admitido que el Mahdí será descendiente de Fátima, hija del profeta Mahoma, que será un jefe de gran prestigio y pondrá fin al reino de la opresión y de la iniquidad en la tierra para hacer triunfar en ella la justicia y la fé. Según ciertas tradiciones, debe venir de Siria o de Jorasán, en los confines entre Irán y Afganistán aunque según otra tradición muy extendida en el Magreb, aparecerá en Marruecos, concretamente en Massa, lugar situado a orillas del Atlántico, al sur de Agadir y esta divergencia en su aparición es un dato de su difusión desde el Oriente al Occidente del orbe musulmán.
Para algunos ese Mahdi, fue encarnado por personajes como el califa fatimita tunecino Ubeyd Allah Al Mahdí, el marroquíIbn Tumart, fundador del imperio almohade a principios del siglo XII o, máscercano en el tiempo, el sudanés Muhsmmad Ahmad Abdalláh que en 1880 se creyó designado por el Cielo para purificar el mundo y guerreó con éxito contra las fuerzas angloegipcias. Ultimamente uno delos agraciados con tal denominación fue el egipcio Gamal Abdel Nasser, después se quiso asociar esta figura con la del ayatolá Jomeini, más tardele tocaría el turno al coronel Muamar El Gadafi y hasta Sadam Hussein y Osama Bin Laden han encarnado en algún momento, para muchos árabes, ese ideal. Pero, en realidad, a quien se refieren los chiíes es al duodécimo y último imám de la dinastía, a Mohamed AlMahdí, desaparecido misteriosamente en el año 874 en Samarra (Iraq). Se encontraría oculto desde entonces
Ibn Jaldún, en sus Prolegómenos (II, 158) dice que “los musulmanes siempre han creido que, hacia el final de los tiempos, aparecererá sin duda un hombre de la familia del Profeta, para fortalecer la religión y hacer triunfar la Justicia. Con el apoyo de sus fieles creyentes se convertirá en jefe de los reinos musulmanes y tomará el nombre de El Mahdí. Después vendrá EdDeddyal (El Anticristo) y se producirán acontecimientos que deberán señalar la inminencia de la última hora. Después de la venida del Deddyal, Jesús descenderá del cielo y le dará muerte o, según otra versión, el Mahdí descenderá con Jesús al mismo tiempo para ayudarle a acabar con el Anticristo y Jesús, al decir su plegaria, tendrá al Mahdi como imám (jefe espiritual) de su oración”.
Los Ahl el Haqq, (Fieles de la Verdad), secta fundada en el siglo XIV,rechazan discretamente la Segunda venida de Cristo a la Tierra, en carne y hueso y prefieren hablar de su “esencia divina”. Con datos en la mano, los únicos en asegurar que su profeta es el Mahdi es la Misión Ahmadia del Islám, movimiento creado en India a finales del siglo XIX por Mirza Ghulan de Qadiam. Afirman que Cristo murió en Cachemira a los 120 años de edad y que el fundador era el auténtico Mahdi y que había recibido de Dios, en 1882, la misión de refomar el mundo.

Esta figura del Imám oculto es muy querida en Irán e Iraq porque entronca directamente con la tradición persa que habla de Keresaspa, un exterminador de demonios que, después de innumerables hazañas, fue asesinado mientras dormía con la lanza de un turaniano. Pero a pesar de estar muerto sigue viviendo en una especie de animación suspendida de la que saldrá cuando la serpiente Zohak, encarnación del maligno Ahriman, rompa las cadenas que le atan desde hace siglos en el monte Demavend y se haga dueña del mundo. Será entonces cuando Keresaspa se levantará de su sueño y acabará con la serpiente de un mazazo.
Alejandro Magno, muerto a los 33 años tras fundar un imperio, es otro de los personajes “dormidos” en la escatología árabe que se levantará en el último Día para ayudar a los justos. Desde el desierto de Libia hasta más allá de Irán se habla de que quien consiga descubrir la tumba de Iskandar encontrará la espada que sirve para dominar el mundo.
Pero también el Occidente cristiano tiene sus propios Mahdí: La vidente Isabel Canorii predijo que después de estar oculto en algún desierto, un gran hombre conquistará el mundo en un periodo de seis años y su reinado durará tres y medio.
Según Eric Muraise. especialista en “el Gran Monarca”, la llegada de este Rey del Mundo será anunciada por una gran guerra en Europa. El “Rey de Blois”, vastago olvidado de los Capeto, descendiente del último rey merovingio y de la estirpe del rey David, llegará de una lejana isla para poner fin a las guerras y tensiones. Reinará sobre un imperio más basto que el romano y establecerá su capital en una ciudad pontificia. Reformará la iglesia, concretará la unidad cristiana y convertirá a los musulmanes. El Gran Rey depositará los signos del Imperio en el Monte de los Olivos, lo que anunciará una abdicación voluntaria en favor de otra persona.
De esta forma, surge una figura unida a la Parusía de Cristo y es la del Emperador del Mundo, o Rey Dormido, que ayudará a Jesús a destruir la obra del Maligno. Todas las culturas y religiones de todos los tiempos y lugares se han referido de una u otra forma a este personaje salvador que reconstruirá la civilización sobre sus cenizas.
Horacio y Virgilo, en la Edad Clásica, ya anunciaban la venida de un Apolo hiperbóreo y las profecías sibilinas bajo el gobierno de Augusto esperaban la llegada de un rey proveniente del cielo o del Sol. Lactante escribe que “el príncipe que restablecerá la justicia vendrá de las regiones extremas del Norte”. Y del Norte, de la mítica isla de Avalon regresará el rey Arturo.
El lama Kalu Rimpoché habla de “un rey que vendrá de Shambala, el señor violento de la rueda de hierro, que librará la guerra de Shambala”. Esta lucha se relaciona asimismo con la vuelta de Maitreya, el último bodhisattwa del ciclo, el equivalente del Kalki Avatara de los hindúes.
Más cercano en el tiempo y en el espacio se encuentra el rey Sebastián de Portugal, que desapareció en la batalla de Alcazarquevir en el año 1578. Para los pueblos germánicos existe la idea de que hay un emperador dormido, Federico III, que espera en el País del Preste Juan de las Indias el fin de los tiempos para volver areunirse con su pueblo a fin de luchar contra el Maligno. Según la hagiografía popular rusa, El zar Alejandro I, muerto de fiebres durante un viaje por Crimea, se convirtió, en realidad, en el heremita Fedor Kousmitch. Abona esta tesis el hecho de que cuando su tumba fue abierta muchos años después, en 1926, se encontraba vacia. Drácula, Vlad Tepes III el Empalador, voivoda de Valaquia entre los años 1448 y 1476, también regresará algún día para reinar eternamente. También su tumba está vacía.
Ogier , o Holger, de Dinamarca, paladín de carlomagno, se encuentra en realidad escondido en lo más profundo de una montaña o en los subterráneos del castillo de Kronburg, de donde surgirá al final de los tiempos para salvar a su país.
Se atribuye a San Agustín un horáculo según el cual el último rey de Francia reuniría al final de los tiempos el mundo entero bajo su cetro, inmediatamente antes de la venida del Anticristo.